52. Fotógrafo de angelitos (towanda)
Con la boca cerrada, el pelo engominado y un trajecito de gala es como están más guapos. Para estas ocasiones, por el mismo precio, tengo uno de almirante con sus puñetas almidonadas y distintas condecoraciones a elegir. Lo podría arreglar la modista si le quedara grande. Por supuesto, este tipo de fotografías reclaman una luz cenital. El efecto viento, que tanto le gusta a la mamá, es caro, pero da movilidad a los cabellos y frescura y dinamismo a la instantánea. Va en gustos, pero el viento me pide a gritos una luz frontal en tono pastel. Siempre aconsejo los ojos entornados porque otorgan más viveza, algo de color en las mejillas y un ligero brillo en los labios. La fotografía es tremendamente caprichosa y agradece estos matices cromáticos. Sin lugar a dudas, aplicaría luces puntuales para iluminar solo esas pequeñas partes. En las manos, algunos padres piden un rosario, otros prefieren crisantemos y los hay que desean inmortalizar a sus pequeños con la Biblia. Si decidieran Biblia, una iluminación contra cenital desde abajo quedaría ideal. Admito cualquier tipo de sugerencias, pero es urgente que tomen una decisión cuanto antes porque pasado un tiempo comienzan a oler.
Un buen profesional debería ser capaz de centrarse solo en su oficio. Si se contagia del comprensible dolor de unos padres, a la par que clientes, que han perdido lo que más querían, a alguien que, contra natura, se ha marchado antes que ellos, seguro que no haría su trabajo igual, además, sufriría muchísimo. Tu fotógrafo protagonista marca una distancia necesaria y demuestra dominar a la perfección su trabajo en todos sus detalles, no hay nada que no tenga en cuenta. Práctico hasta el final, su preocupación es que el motivo a retratar no se deteriore en exceso.
A través de los consejos especializados que desgrana, comprendemos que este hombre conoce y ama su trabajo como nadie, seguro que lo hace de la mejor forma posible y los resultados son perfectos, algo siempre loable, con independencia de la ocupación que se trate. El final golpea, pero no hace cambiar esta percepción de profesionalidad y competencia, con unas imágenes que, al contrario que la vida del retratado, tienen vocación de continuidad.
Siempre es un placer leerte.
Un abrazo y suerte, Towi
Eres genial Towanda!!!!
Hola, Towanda, qué relato más crudo nos traes. Fotografiar a la muerte, si ya es triste de por sí, encima si es con niños…
Un excelente relato que he leído con sumo interés, ya sabes lo mucho que me gusta lo que escribes 🙂 (aunque mi intención solo era devolverte la visita) 😉
Un brazo grandote, y mucha suerte, preciosa.
¡Qué buen relato, Towanda! Ese decir con el doble sentido que el lector capta por completo al final, me parece de una genialidad para quitarse el sombrero. ¡Felicidades, preciosa! Siempre es un placer leerte.
Hola, Towanda.
Una variada narración de opciones lumínicas, para intentar inmortalizar una luz que ha dejado de brillar en este mundo.
Un saludo.
Qué bueno es el relato. Ya sabes que te lo he comentado y me parece excelente. Muchas felicidades y mucha suerte Towanda, maestra!!
Besicos muchos.