61. Interiores (Patricia Collazo)
La luz del foco me da en los ojos. No duele, estoy anestesiado. Pero la boca abierta, el líquido acumulándose, y la cara de la asistente pegada a la mía, me incomodan.
Me centro en la luz. Cuento los agujeros de la ventilación del techo. Pienso en María. En su dedo en el interruptor antes de salir por última vez.
La asistente ríe las bromas del dentista y a mí me dan ganas de reír también, pero no puedo. Hacen buen equipo. Se nota la complicidad entre ellos.
Me voy relajando. Tanto, que me da igual que el odontólogo introduzca el brazo entero en mi boca. Luego la cabeza, otro brazo, el abdomen y las piernas.
De vez en cuando saca una mano para pedir algún instrumento. Su voz resuena como en una caverna. “Entra, se ha complicado” grita. La asistente mete la bandeja del instrumental, para después introducirse ella.
Miro el foco. Los escucho bromear en mi interior. Ahora todo son murmullos. “Sí, está oscuro, pero aquí no, cariño”, dice la voz cavernosa de él. Luego, la risita de ella, los instrumentos rodando descontrolados por toda la cavidad y una explosión de sabores en la lengua.
Hola, Patricia.
Jo, qué relato tan original. Me ha sorprendido un montón, no esperaba para nada el giro final. Enhorabuena.
Un cálido saludo.
Muchas gracias por pasarte y comentar. ¡Un abrazo!
Realismo mágico, surrealismo del bueno y un encuentro pasional con un escenario que el protagonista y narrador, al acudir a la consulta del dentista, nunca hubiera creído posible.
La literatura permite que todas las posibilidades queden abiertas. Una historia bien construida y plasmada con oficio, como es el caso, produce asombro y puede sacar petróleo hasta de las piedras.
Estos amantes tuvieron un testigo involuntario de uno de sus encuentros, a ellos no les importó; sabían que aunque tuviese la boca abierta no iba a poder hablar, tampoco reír. Además, cuando al fin pueda contarlo, ya fuera de la clínica, seguirá guardando silencio, consciente de que nadie va a creerle.
Un relato genial con un título perfecto.
Un abrazo, Patricia. Suerte (aunque estoy casi seguro de que no te hará falta).
Gracias, Ángel. La verdad es que no me había preguntado qué pasaría después. Si este pobre hombre podría contar lo vivido sin que lo creyeran loco… Me has dejado pensando. Un abrazo
Hola, Patricia. ¡Qué maravilla de micro! Como no soy nada original comentando, apoyo todo lo que te ha dicho Ángel. Es de esos micros que me hubiera gustado saber escribir a mí. Enhorabuena. Yo también te veo en el libro. Un abrazo.
¡Muchas gracias! Me alegro mucho de que te haya gustado. Un abrazo
¡Jo!, Patricia, me ha encantado. Surrealismo humorístico en estado puro, rompiendo los límites de lo racional. A eso se llama imaginación, de la buena.
Claro candidato al libro.
Un beso.
¡Gracias, maestro! Tu comentario ya es un premio para mí. Besos
Enhorabuena Patricia. Magia, suspense, sorpresa…genial
¡Muchas gracias, Dolores!
Patricia, de los relatos más originales e ingeniosos que te he leído… ¡Enhorabuena! Y suerte…
¡Muchas gracias, Salva!! Un abrazo
Me encanta, Patricia. Felicidades y mucha suerte. Y gracias, porque un relato así ilumina un día gris. Un abrazo
Muchas gracias a ti. Un comentario así ¡también ilumina el día!
Un abrazo
Patricia, no voy a decir nada de lo que ya te han dicho los compañeros, pero es cierto. Tu relato me parece muy original, me ha gustado mucho. Metes magia en algo tan anti todo como ir al dentista. Muy bueno. Te deseo mucha suerte. Besicos.
¡Muchas gracias, Bea! Un abrazo fuerte