12. UN CUENTO MÁGICO, de Zorro
Cerca del espumoso río Asón, en el bosque de Diente Púrpura, vivían hadas en las zorreras y sin quererlo dejaban un rastro luminoso. Los habitantes cercanos habían avistado luces extrañas, y murmuraban entre ellos leyendas sobre personitas alegres que dormían abrigadas por los zorros. Manzana, la hija menor de los Tesoro, fue la primera en dirigirse hacia dichas luces: la llamaban así porque siempre llevaba trocitos de manzana en el bolsillo izquierdo de su vestido. Cuando llegó donde las hadas chapoteaban, quedó pasmada y olvidó ocultarse, así que los seres salieron huyendo.
Manzana volvió sola al escondite de las hadas tras unos días, no creída por nadie. Detrás de un matorral, arrojó trocitos de manzana, formando un caminito de fruta entre las zorreras y ella. Una hada golosa salió y acabó capturada.
—Te concedo un deseo si me liberas —suplicó la hada.
La niña lo pensó un poco y dijo:
—Quiero que uno de vuestros zorros marche a mi casa, se ponga a dos patas y hable. Así no volverán a llamarme mentirosa.
Aquella tarde un zorro entró en casa de la familia Tesoro, se puso a dos patas y vocalizó “Manzana…, Manzana”. Hoy nadie sabe explicar lo sucedido.
Me gusta mucho, tiene mucha imaginación pero lo que más me gusta es el final.
Me gusta bastante por la imaginación que ha tenido el escritor. Se ve que hay personas que en pocas líneas pueden escribir historias muy bien contadas.
Tiene mucho encanto este relato.