62. Oz (Pilar Alejos)
Hacía muchas lunas que no se había movido ni un milímetro del sitio, salvo aquella vez que lo arrastró un vendaval. Esa era toda la acción que había vivido desde que regresó de su fantástica aventura. Ya no era el mismo de siempre. Cada día le costaba más mantenerse en pie con los brazos en cruz, por culpa de ese cuerpo entumecido y ajado. La última tormenta de verano casi acabó con él. La lluvia y el viento lo vapulearon tan fuerte que dejaron al descubierto algunas de sus partes íntimas. Tenía los días contados. Sabía que no soportaría muchas estaciones si debía guarecerse bajo aquellos harapos.
Por eso, cuando aquella muchacha apareció corriendo aterrorizada en medio del campo de trigo y se refugió tras él, activó de nuevo su cerebro. Le recordó a Dorothy. Buscó al resto de sus amigos, pero esta vez estaba solo. No había nadie más para defenderla y aquel lugar tampoco era Ciudad Esmeralda. Apenas disponía de tiempo para pensar. Se acercaba su perseguidor. Actuando con inteligencia, coraje y corazón, agarró con todas sus fuerzas la hoz que alguien dejó olvidada a sus pies y, en posición de ataque, esperó la llegada del malvado.
Los personajes de los cuentos pasan por una serie de fases, entre las que no falta una dificultad que parece insalvable, aunque luego todo termine a las mil maravillas. Pero la vida es algo cambiante, ni siquiera un estático espantapájaros puede permanecer siempre igual. En ausencia de sus amigos el león y el hombre de hojalata, su nobleza e inteligencia le bastan para defender a esa muchacha de un malvado.
Algunos relatos se basan en ingeniosas actualizaciones de cuentos clásicos que, vistos con la perspectiva actual, aportan nuevos elementos al original. En el tuyo. bajo la hipotética pregunta: «¿Qué fue de»?, vemos a un personaje en una vida posterior a la que conoció en sus mejores momentos, los conocidos por todos.
Un abrazo, Pilar y, en lo posible, felices fiestas.
Suerte
La vida no se detiene aunque finalice el cuento.
Muchísimas gracias, Ángel, por tu excelente comentario.
Besos muy apretados, amigo.
Pilar, has escrito un relato genial. Lleno de la fantasía de tus letras, que juegan con la intertextualidad, logrando con ello atraparnos e incluso saber más, que ocurrirá entre el espantapájaros y el malvado. Dejas que cada uno imagine ese final y así nos involucras en tu historia de una forma extraordinaria.
En conjunto un gran relato, enhorabuena.
Te deseo lo mejor, lo mereces.
Muchos besos.
Maravilloso juego el que propone la historia: la aventura que comenzara en Oz termina con una «Hoz» en un campo de trigo, en manos del valiente espantapájaros que harapiento, entumecido y enjuto, se preparó para una aventura que no esperaba y que, a cambio, lo revivió en toda su nobleza…
Felicidades, PILAR; me encantó.
Cariños,
Mariángeles
Mariángeles, han captado mi idea a la perfección. He jugado con las palabras «Oz» y «hoz». La primera representa un mundo de fantasía. La segunda una terrible realidad. Y el espantapájaros es protagonista en las dos.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Besos muy apretados.
Lo que empezó siendo una aventura fantástica en el mundo de Oz, tiene su continuidad en una terrible realidad que requiere del uso de una hoz para salvar a la niña del malvado.
Mil gracias por tus bellas palabras y por tu apoyo incondicional, Javier.
Besos muy apretados.
Coincido con los comentarios de Angel y Javier, un relato estupendo.
Mucha suerte, Pilar, y un abrazo,
Muchísimas gracias, Ana, por pasar a leerme y por tus palabras.
Besos muy apretados.
¿Qué fue de aquel espantapájaros?¿Qué pasa con los personajes cuando acaba el cuento? Aquí vemos a uno de ellos lleno de vitalidad para enfrentar al mal. Estupendo, Pilar. Un abrazo fuerte.
Mil gracias, Aurora, por tu hermoso comentario.
Besos muy apretados.