23. Diálogos con el profesor (Gemma Llauradó)
Ella se había acostumbrado a su pícara sonrisa. Sabía que detrás de ella se escondía un verdadero afecto. Era increíble cómo lograba olvidarse de sí misma junto a él. Era como entrar en otro mundo…
De repente levantó la vista y miró a su alrededor, la cafetería estaba llena de gente, pero ninguno de aquellos espectadores improvisados, importaban. Nadie recaía en ella y si alguien lo hacía, no era intencionadamente.
Ella se concentraba en recordar los diálogos mantenidos con su profesor, mientras daba pequeños sorbos al café humeante de su taza. Su relación había evolucionado hacia una auténtica amistad. Conversaban de literatura, teatro y música, tratando de esconder a ojos curiosos sus sentimientos. La concentración era tal, que durante un rato se olvidaba de pensar en él.
Un camarero se acercó inesperadamente a ella. Ella se sobresaltó haciéndola regresar a ese lugar de encuentro. A los pocos segundos, la melancolía le sobrevenía de nuevo. Los recuerdos de Pierre. Pero, de alguna forma inexplicable, todas aquellas sensaciones se hacían más soportables a casa segundo que pasaba. Cada vez transcurría más tiempo antes de que la tristeza se apoderara de ella. Pronto volvería a estar con él.