01. DESPERTAR
Por despistarse una vez más en la limpieza de las cuadras, su padre le ordena recoger las chapas de bebidas con las que anda jugando y cumplir la penitencia de dormir la siesta. Para mayor escarmiento, pretende alejarle de cualquier diversión alternativa en su cuarto y propone mortificarle en el de Carmen, fiel amante del reposo diario.
—Y ni se te ocurra despertarla —fue su última advertencia.
Entreabre la puerta y entra gateando hasta la alfombra. Pese a estar completamente cerrado se siente el sofoco del verano. Cuando la vista se acostumbra a la oscuridad, y con la ayuda del hilo de luz que atraviesa un resquicio de la contraventana, va distinguiendo las formas de un cuerpo desnudo. La sábana, embarullada, apenas mantiene cubierto uno de los tobillos.
Ella se gira ocultando la generosidad de sus nalgas para ofrecer la visión de dos pechos que le desafían. Sorprendido, con la agitación excitada del clandestino, se entretiene siguiendo el vaiven de la respiración en su vientre. Extiende la mano. Cierra el ojo izquierdo y dibuja, a contraluz, la línea sinuosa de su cadera, el muslo iluminado en la penumbra. Y mientras, su hermana continúa durmiendo sonriente, como si disfrutara. Provocándole.
Madre del amor hermoso, Juan: menudo despertar. Desde esas chapas que nos hacen ver a un personaje creciendo, inmaduro, hasta ese dibujo lascivo, a contraluz. En este relato nacen muchas cosas. Creo que a partir de ahora se va a despistar mucho más en las cuadras. Genial. Un abrazo.
En algún momento la naturaleza comienza a funcionar, el niño que lo vive por primera vez lo siente como un descubrimiento. Ese «despertar» del instinto y de la vida se encuentra con una barrera, en realidad, un aprendizaje: existen terrenos vedados por la sociedad y las convenciones, es algo que debe interiorizar.
Un relato que describe de forma realista, entre la inocencia y la curiosidad, una escena cotidiana y un momento de una existencia con más importancia de la que solemos darle.
Un abrazo, Jams
Guau, vaya despertar!
Muy buen relato, Juan.
Besosss