25. Dosificados (Aurora Rapún Mombiela)
Hace tiempo que los dos deseaban que llegara este momento. Anhelaban sentir el calor de los cuerpos piel contra piel, la humedad de los besos, recorrer laberintos de sensaciones en la intimidad envolvente. Culmina al fin el sinuoso sendero de roces efímeros, de miradas cruzadas, de relojes inclementes sin tiempo para el encuentro, de intenciones y de intentos. Las sábanas calientes acarician sus movimientos en la escalada hasta lo más alto y coronan la cima juntos, justo a tiempo, en el preciso momento en que se escucha el sonido de las llaves que los obliga a descender a toda prisa, casi sin aliento…
—¡Mamáá, papáá, ya estamos en casaaaaaa!
Un amigo dijo una vez que el mejor método anticonceptivo es tener hijos. Las parejas con retoños tienen muchos alicientes, pero también poca intimidad. Has descrito muy bien ese «quiero y no puedo», así como la necesidad de aprender a aprovechar los momentos, que no queda más remedio que dosificar.
Un relato simpático, posible como la vida misma, en el que palpita una pasión bien descrita.
Un abrazo y suerte, Aurora
Buenas tardes, Ángel. Muchas gracias por tu lectura atenta y tu comentario. No todas las pasiones son prohibidas ni todos los deseos, realizables, pero se intenta… En estos casos, como el que han vivido mis personajes, hay que elegir los momentos y aprovecharlos al máximo…Jajaja… Un abrazo fuerte.
Ohh, esos niños… ¿Es que no había nadie que pudiera entretenerlos un poco más para asistir a la culminación de la escena?
Vaya bajón.
Jajaja.
Un abrazo Aurora. Feliz noche de febrero.