8. ACTO REFLEJO
Hablando todo el día con el loro del vecino. Mi hermano no para de hacerlo desde que regresó de Afganistán.
Dice mi madre que le faltan tres tornillos, eso por lo menos… Pero a mí no me importa. ¡Le veo tan feliz, por fin en casa!
Eso sí, cuando el pájaro dice: “Ratatá, ratatá”, él se tira al suelo, pone cara de loco, rompe los cristales de la ventana y apunta con el paraguas a todo aquel que pasa por la calle.
¡Menos mal que papá ha vendido la escopeta…!
El llamado estrés postraumático puede dar lugar a reacciones como la de tu protagonista. También es casualidad que para alguien que encuentra que puede darle conversación, repita una ráfaga que le pone en guardia.
Los tres tornillos perdidos en una guerra lejana serán difíciles de reponer, pero el relato te ha quedado muy divertido.
Un abrazo, Gloria. Suerte
Muchas gracias, Ángel y de nuevo enhorabuena por ser seleccionado en la Microbiblioteca. Un abrazo.
Has sabido darle un aire divertido a un problema serio, como es olvidar los horrores de la guerra y regresar a la vida cotidiana. Suerte Gloria.a
Muchas gracias, María. Sí, he intentado desdramatizar un problema terrible como es el regreso tras vivir los momentos más espantosos que se pueden vivir, todos los destrozos que deja tras de sí, especialmente en aquellos que la han protagonizado. Muchas gracias por comentar, María. Un abrazo