OCT179. EL FINAL, de Nicoleta Ionescu
Entró y cerró la puerta. El cuarto alquilado le pareció desierto. Ningun cuadro en las paredes, ninguna ventana. Una mesa, una silla, una cama, un armario. Pobreza. Y soledad.
Colocó en la mesa la caja del violín, el único equipaje que había traído con él. Acarició con sus largos dedos el cuero envejecido, pero todavía reluciente. Surgieron imágenes casi olvidadas. Sonidos confusos, aplausos frenéticos, caras transfiguradas. La emoción voló un breve rato antes de caer, vencida, en el suelo. El silencio, hambriento, la tragó.
Cuidadosamente, abrió la caja. Desplegó el frágil esqueleto agachado en ella y lo colgó en el armario.
Ya no era solo. La eternidad podía empezar.
Parece un doble final, el del violinista y el del violín. Además del final del triunfo y la fama.
Buenas descripciones que muestran la decadencia.
El final, es muy bueno. Suerte y un abrazo.
p.d. Supongo que el verbo es «ya no estaba solo»
Gracias, Antonia. Para muchos artistas, cuando la fama se apaga, su vida entra en un injusto cono de sombra.
Un abrazo.
¡admiro cuanto has sabido sugerir en tan pocas palabras!… es muy visual tanto en la descripción de la estancia como en la de los sentimientos…
esta frase es muy bella y también «visual»:
«La emoción voló un breve rato antes de caer, vencida, en el suelo. El silencio, hambriento, la tragó.»
¡¡felicitaciones!!
Gracias, Christine, me alegro de que te haya gustado. Las palabras son pocas, porque la vida del violonista se redujo al mínimo.
Un abrazo.
Como ya te dije en el blog, tienes frases deliciosaamente dolorosas.
Un saludo.
JM
Gracias de nuevo, JM.
Nicoleta, sensibilidad en el lenguaje y acertadas descripciones. Muy visual y ritmico. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Pensé que la muerte espiritual puede ser más trágica que la muerte corporal.
Un abrazo.
Es precioso, Nicoleta, un beso.
Gracias, Virgi, por tus palabras.
Un abrazo.
Uoh!!! La decadencia y la soledad de la mano. Lo leí dos veces por la melodía que conlleva. Y diría que es de violín, del mismo. Felicidades.
Un abrazo.
Gracias, Miguelángel. Yo solía escribir poesía y de aquí hay algunas reminiscencias rítmicas y melódicas. Pero la poesía se encuentra en lo cotidiano también, aunque sea dolorida.
Un abrazo.
La fama tan efímera y como duele cuando pasa y sólo te quedan los recuerdos. A mí me pasó lo mismo,Nicoleta, trece años campeón de Grecia solo me quedan los recuerdos de gloria. Por cierto sabías que me proclame subcampeón mundial es tu ciudad (Bucarest) en 1981. Buen relato. Te seseo mucha suerte, Sotirios.
Sotirios, el mundo no es tan grande como parece: en 1981 yo era estudiante y estuve en el estadio de la Universiada con un grupo de cursantes extranjeros que aprendían rumano, en las pruebas de atletismo. Es posible que fueses allí, en los concursos, aquellos días. ¡Qué tiempos felices!
Un abrazo
Me gusta, Nicoletta. Siempre que el autor se sale de las historias «habituales» siento atracción por su imaginación. Es un texto que hace pensar sobre esa eternidad, sobre la posibilidad de llevarte un objeto y por ese castigo que puede ser la soledad, el silencio, la falta de sentimientos. El final es tremendo «Ya no era solo», con su esqueleto en el armario, uff. Suerte a fin de mes, en ese juicio final.
Muchas gracias, Ximens, creo que todos guardamos un esqueleto en nuestro armario, especialmente los escritores.
Un abrazo.
Presiento que la intención de esta alma desahuciada es colgarse como hizo con su fiel acompañante. Ya no «era» solo, aquí creo que es ya no «estaba» solo, salvo que jugando con el verbo le hayas buscado otro sentido.
Un abrazo.
Gracias, Susana, por tu comentario. No importa si el protagonista intenta quitarse la vida, concretamente, o no, porque él está muerto desde hace mucho tiempo para todo lo que había amado.
Yo he aprendido que «estar» es transitorio y «ser» es permanente, por eso dije «ya no era solo», porque no iba a ser un estado transitorio. Pero no me empeño en eso.
Un abrazo.
Me consta que es un verbo complicado para los que lo estudiáis. Con lo apañado que es el to be, y sin subjuntivos ni nada que lo complique, qué majos los ingleses. Transitorio y permanente es una buena ayuda para diferenciarlos, pero no la única. En esta frase, sería como «ya no se sentía solo», que pienso que es también transitorio. Ufff, resulta difícil explicar estos matices, Nicoleta, lo siento.
Un abrazo.