19. Cristalino
El joven cogía el paraguas de manera torpe. La lluvia caía de lado, estilo inglés, y una niebla cubría toda visión lejana.
Llevaba mirando la gran caja de cristal hacía ya varias horas. El anciano, disfrutando de su lectura, se recostaba en su sillón y sonreía desde dentro. No miraba el exterior ni ante el más atronador trueno.
El joven dio un paso. Un charco mojó sus botines. Dubitativo, intentó retroceder, pero su voluntad le impulsaba a dar otro. Extendió su mano, cada vez más cerca de la jaula que lo protegería de la lluvia. Un temblor en su mano le hizo incapaz de encontrar destino, y así, se dio la vuelta.
Cuando se fue, el hombre se levantó y empujó el cristal, como si de una puerta se tratase.
Hola Dani, bienvenido a ENTC.
Que bien qu ete hayas animado a participar.Me gusta tu manera fresca de representar el tema de la convocatoria, esa enorme metáfora con infinitos matices. ¡Enhorabuena y suerte!
Un relato lleno de misterio y quizá diferentes interpretaciones. Como bien ha dicho Eva, a cuya bienvenida, con su permiso, me uno, se trata de una metáfora con infinitos matices. A mí me parece ver el anhelo de un joven por lograr un objetivo, tal vez el de integrarse en la sociedad, y la imposibilidad de hacerlo, a pesar de que parece estar al alcance de su mano, con la única separación de un cristal, barrera infranqueable, un terreno vedado.
Un saludo y suerte, Daniel