35. YO, PECADOR (Mødes)
Chilló.
Chilló.
Chilló.
Cuando aquella curandera le introdujo en la vagina su aguja de tejer, la adolescente chilló.
Y yo, al otro lado de la puerta, sólo pude rezar por ella.
Y por mí.
Y temblando de miedo, empapé de orina mi vieja sotana.
Modes, qué fuerte hasta el final. Sobrecoge¡¡¡
Suerte y saludos
Un pecador de los grandes, como también un gran hipócrita, que proclama y adoctrina lo contrario a lo que hace.
Tiene mucho miedo, pero no al infierno con el que amenaza a otros, sino a que se sepa la verdad, a que la chica hable, la que ahora chilla y sufre por unas consecuencias que no va a asumir. No ha ido a un hospital para no dar explicaciones de la vida que no va a permitir que nazca.
Breve y potentísimo, marca de la casa, con la firma de un maestro.
Un abrazo y suerte, Modes
Estremecedor relato, de principio a fin.