64. «Umbilicalitis»
Ya son las siete y mi dulce bebé se vuelve tremendamente irascible a medida que cae la tarde, su cabecita ya ha interiorizado la rutina: baño, cena, a la cama y……………….al colegio. Su papá se levanta a las seis de la mañana y entonces ella hunde la cara en la almohada sollozando ante la inminencia de lo que se avecina, su angustia es infinita, y es tan buena que se deja vestir sin rebelarse aunque rogando aterrada entre lágrimas que por favor no la lleve al cole.
Llegamos a la puerta de la clase, su seño me la arranca de los brazos, la dejo “esmorecía” y dándole la espalda me voy con su llanto clavado en el alma, pero firme en mi decisión.
Después de mes y medio se acercan las vacaciones de Navidad, me asusta pensar que tenemos que volver a empezar……
Cumplió los tres añitos el día de Nochevieja y de nuevo volvimos a las clases. Esta semana ha ido de excursión a una granja escuela ( el cordón umbilical ya se ha alargado), regresó a las cinco de la tarde, casi dormida en el autobús pero FELIZ y en sus manitas una manualidad para su mamá.
El cariño siempre es bien recibido, pero el apego siempre es un exceso. Antes o después volarán libres e independientes, deben asumirlo poco a poco, los padres también.
Un relato desde el corazón, con la inocencia y el aprendizaje como motivadores de los personajes y lo que les sucede.
Un saludo y suerte, Ana
Gracias Ángel por tu comentario y tienes razón, hijos y padres debemos aprender a estirar el cordón umbilical.