OCT163. A VIDA O MUERTE, de Jesús Saiz Álvarez
Frío, hace un frío sordo y mis manos actúan ágiles y milimétricas pese a que mi frente delate una tensión propia del momento en que me encuentro. Soy cirujano de urgencias y estoy en el quirófano, llevo ya varias horas y el asunto es feo, el paciente es un varón con innumerables fracturas pero eso no es lo más grave pues tiene afectados varios órganos internos.
Junto a mí y siempre que el caso es de extrema gravedad esta él. No puedo verlo pero noto su presencia y de como nos observa de forma impasible, ausente, sin importarle lo que sucede, además sabe que soy consciente de ello pero me ignora y no puedo hacer nada en contra, mientras tanto, todos trabajamos a un ritmo frenético a vida o muerte pero él espera, siempre espera desde el otro lado de la delgada línea que separa la vida de la muerte.
Lindo homenaje a esos hombres de blanco,que tienen siempre como companía a esa dama de negro. Suerte Héctor
Muchas gracias Hector.
Me refiero a la muerte pero sin darle género ni imagen masculina o femenina sino mas bien a algo sin cuerpo físico como un ente superior indefinido.Gracias por tus comentarios.
Hola Jesús.
Además del tono gótico de tu relato, me convence bastante la visión que tiene el cirujano. Me da la sensación de que realmente le puede pasar a los médicos por la extenuación tras varias horas operando, que lleguen atener esos delirios. Suerte.
Muchas gracias por tus comentarios Pablo.Hay profesiones que hay que ser duro y esta es seguramente una de ellas.
Un saludo.