27. El corredor (Susana Revuelta)
Suena el timbre mientras está viendo un programa de maratones olímpicas en streaming: es un repartidor que trae las zapatillas de running que compró ayer por Internet. Entre las diez más vendidas eran las más caras, casi trescientos euros, pero es que tienen de todo: espuma reactiva, memory foam, placa de fibra de carbono, suela con diferentes ángulos de tracción, amortiguación adicional… y además son súper ligeras y transpirables.
Abre la caja y se las pone, para que se vayan haciendo al pie, para que el día que empiece a correr no le salgan ampollas y le dé por desanimarse. Ha acertado con el número, un 42 y 2/3, como indicaba la tabla de tallas según la longitud del talón al dedo. Tirando de una lengüeta que ofrece una fijación uniforme se las ajusta a la perfección; es una compra de diez.
Se levanta, recorre al trote el pasillo, va a la cocina. «Me las dejo puestas, son más cómodas que las pantuflas», se dice complacido. Regresa con otra lata de cerveza y más patatas fritas al salón, se repantinga en el sofá, agarra el mando y da al Play justo cuando un africano descalzo atraviesa la meta proclamándose ganador.
Buenas intenciones tenemos todos, otra cosa es el impulso verdadero, ese motor invisible que distingue a unas personas de otras. Al menos, las zapatillas son cómodas, la inversión no habrá sido del todo en balde.
Relato sobre un inicio que se queda en tentativa, con reflexión incluida y toque de humor sobre la voluntad que debe acompañar los buenos propósitos. Dejarse llevar por lo más cómodo y atrayente es una tentación demasiado grande, un escalón tan alto que todo lo puede desbaratar.
Un abrazo y suerte con este «corredor» de salón, Susana
Muy propio de Susana: bien escrito, original, con mensaje y humor fino de fondo.