35. Al pie del Teide (Paloma Hidalgo)
Me he vuelto trasnochador. Netflix me ayuda mucho con eso. Pero tengo más novedades, por fin te has salido con la tuya, ya no fumo. Ni uno. Tampoco de los otros, te lo juro sobre la biblia que robaste en Filadelfia. Voy a clases de taichí, y a un taller, que me ha regalado tu hermana, tan maja, a hacer esa desesperante papiroflexia que me encanta. A la niña, se lo merecía hace tiempo, esta semana le han ascendido. Otras cosas siguen como siempre. Continúo mordiéndome las uñas de los meñiques cuando escribo en el diario. Aún llevo gafas, he aceptado que las lentillas y yo nunca seremos amigos. El niño continúa invitándome a comer a su casa los sábados, le salen de vicio los canelones y las manzanas asadas. Y cuando abro cualquier álbum de fotos, empiezo a hablar contigo igual que cuando me destinaban lejos, como si estuvieras al otro lado del teléfono. También sigo sin controlar el temblor de mi cuerpo al recordarte contándome que en la ducha te habías encontrado un bultito en la axila. Y sin soportar el frío que hace en tu lado de la cama. Por cierto, en Tenerife, estabas preciosa.
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Paloma, qué bello y qué triste a la vez.
Enhorabuena.
Paloma, fiel a tu estilo, nos ofreces una historia llena de nostalgia, poesía y acertadas imágenes que conmueven, esta vez en forma epistolar.
Sutil e ingeniosa la forma que nos descubres el problema ya superado del protagonista.
Besito y abrazo virtual.
Las ausencias de quienes queremos son tan inevitables y naturales como difíciles de sobrellevar. La vida no se detiene, sigue para el que queda, pero las cosas ya no pueden ser iguales.
Tu protagonista es consciente de que ha de transitar por un nuevo inicio, una convivencia obligada con el frío de alguien con quien necesita hablar pero de quien no recibe respuesta.
Un relato lleno de sensibilidad que pone de manifiesto lo insustituible, asociado al amor verdadero.
Un abrazo y suerte, Paloma
Paloma, con tu estilo, tan fluido, nos llevas suavemente por el cuento. Dejas que las palabras ofrezcan claras y sutiles imagenes.
Suerte y saludos
Rosalía, muchas gracias por leer y comentar de forma tan generosa.
María Jesús, da gusto volver a reencontrarme con tus comentarios, muchas gracias.
Abrazos!
Ángel, es un gran disfrute leer tus comentarios, te lo he dicho siempre, pero ahora, en el regreso al mundo de las letras tras una desconexión demasiado larga, todavía más.
Muchas, muchas gracias.
Un abrazo.
Generosas palabras, Calamanda, gracias por ellas.
Saludos.
Qué bonito relato, aunque un poco triste lo que emana de él es un amor inmenso.
Suerte, saludos.
Muchas gracias, Ana, por leerlo y comentar.
Saludos
Un relato triste y muy bien tratado, lleno de emoción e imágenes sencillas pero magníficamente elegidas para que fluya la historia que el protagonista nos cuenta en primera persona. Me ha gustado mucho, Paloma. Un abrazo.
Alberto, muchas gracias por tu comentario, un lujo tenerte por aquí.
Un abrazo.