41. VESTIDITO DE AZUL Y AMARILLO (J.A. Iglesias)
Las yemas de sus dedos, paseaban por mi rostro de forma diferente, lentas y temblorosas.
Esta vez me vestían mi abuela y mi tía, en silencio circunspecto, con la chaquetita de lana azul y mayas y patucos amarillos. Como siempre, me llamaban angelito mío, pero sus voces sonaban lánguidas y entrecortadas.
Me alzaron con delicadeza entre sus manos y me dejaron sobre los brazos de mi madre, que estaba tendida e inmóvil sobre su cama. Me sentí infinitamente más tranquilo, eternamente tranquilo.
Nos enterraron en jardín, detrás de la casa medio destruida, alcanzada por un misil la noche anterior, lanzado por un gigante sátrapa.
No sé cómo será el demonio, el diablo, Belcebú o Pedro Botero, si que existe, pero hay algo que sí sabemos hoy todos y nos preocupa: Hay seres con el poder de un gigante sin escrúpulos, el problema es frenarlo.
Un relato que sobrecoge e inquieta, acorde con una realidad que quisiéramos, más que nada, que fuese otra.
Un abrazo y suerte, Juan Antonio
Así es, ojala acabe pronto esta locura.
Gracias, un abrazo.
Corto, conciso y muy bien contado. Seguramente habrá sucedido tal como tú lo relatas.
Muy bueno. Directo e intenso.
No puede haber mejor ni más desgarradora crónica de una guerra absurda
Hola Isabel, en todas las guerras, como en el de este país, donde coincide los colores de su bandera con los del vestidito del bebé, se suceden horrores como este.
Gracias. un saludo.
Hola Sara, gracias por tu comentario.
Saludos.
Hola Edita, muchas gracias. yo me pregunto, si todas las personas de a pie del mundo nos manifestásemos, conseguiríamos parar estas aberraciones. no sé como, pero deberíamos intentarlo.
Un saludo.