80. ÁNGEL DE LA GUARDA
Yo había pretendido fingir en aquella ocasión que no sabía nada. Pasado ya el tiempo, extiende ahora de nuevo sus manos para volver a agarrar las mías como aquella vez. En su fina piel noto la rudeza de mis manos, contacto de dos texturas diferentes que me hipnotiza, al tiempo que le pido perdón. No tengo por qué hacerlo, pero ahora me siento más seguro, y salvado, llegará y será con él.
Si alguien tiene una función protectora indudable es nuestro ángel de la guarda. No sabemos a ciencia cierta si existe o no, tal vez sí, por aquello de cuando el río suena, lo que está claro es que si cabe en nuestra cabeza es que es algo más que imaginación, tanto que, si no existe, hay que inventarlo, por su función de respaldo necesario que tanta seguridad procura.
Un abrazo, Antonio, suerte y que te vaya todo muy bien, allá donde te encuentres.
Gracias como siempre Ángel, como el de mi micro. Seguimos bien, ahora por Costa Rica. Un gran abrazo para ti y todos los y las colegas de ENTC. Antonio