01. SIN CONSUELO
Con cuidado para que no se le caigan los alfileres de la caja elige una aguja que, con seguridad, no servirá para restañar las heridas del hermano. Él llora desconsolado, tumbado sobre la mesa. El drama de su muerte pronto será una caricatura que corra de boca en boca por el pueblo. Desollado en los brazos, sangrando por la ceja, mellado y dolorido. Fracasar en un intento de suicidio ha sido un castigo a su soberbia; hacerlo porque la cuerda resultó ser más larga que la altura del puente, un esperpento. Y ni siquiera el alivio de la muerte.
Por un hermano se hace cualquier cosa. El del relato tiene muchas necesidades, la primera, encontrarle un sentido a su vida para no intentar volver a quitársela. Al mismo tiempo, restañar sus heridas físicas y las otras también, más inocularse de gran capacidad de aguante para las burlas de los vecinos tras su intento de suicidio, por suerte, fracasado. Si sale de todo ello lo hará mucho más fuerte. Cuenta con un gran apoyo incondicional, el de su hermano, un motivo más para seguir adelante. Cree no tener consuelo, pero le tiene a él, que no es poco.
Un pistoletazo de salida muy bien contado, Jams.
Un abrazo
Cada cual lo sentirá conforme a sus propias vivencias y convicciones. A mí me atrapa en una esencia muy meditada. Alojado en multitud de fracasos no quisiera añadir ese.
Si ha de encontrarme alguno de mis hermanos, que no sea con la faena mal hecha.
Sigo vivo y te saludo
Me ha encantado. Y trasladado a una vivencia infantil con un hermano, que aunque no tienen nada que ver con esta historia, consiguió traérmela a la memoria. Yo era la hermana mayor, muchas veces al cuidado de los más pequeños. Él, (tendría unos 5 años y yo 10), se puso a manipular en la máquina de coser que había en casa sin hacer caso a mi prohibición. Hasta que consiguió trabarla. Aproveché para amedrentarlo diciéndole que la había estropeado. Entonces empezó a pegarme enfadado porque lo había dejado y por mi culpa le iban a reñir. (Por cierto: acabó estudiando ingeniería mecánica y trabajó siempre de encargado de mantenimiento de máquinas).
… qué maravilla de comentarios. Gracias por completar esta historia que, por cierto, esta basada en hechos reales… abrazo… mejor, que sean tres…
Veo que casi todos tenemos historias parecidas con nuestros hermanos pequeños.
A mi hermana pequeña, la de verdad, no la del tragabaldas, jugando la rompí el incisivo central.
Ante el terror a la reprimenda, lo intenté solucionar en el baño, pegando el trocito del diente con pegamento imedio.
De ahí vinieron dos de mis vicios, ser dentista y masticar el pegamento.
Enhorabuena Jams porque ha dado mucho de si esta historia tan bien escrita.