26. El viaje a Australia (Gemma Llauradó)
María había visitado junto a unos nuevos amigos el museo de ciencias naturales. Le había impresionado. Tras la visita, decidieron ir a tomar algo. Hacía una buena tarde de abril. Corría una brisa agradable y el mar se mostraba apacible. Su tranquilidad contagiaba a un cielo adormecido y lánguido que no deseaba despertar.
Durante una hora el grupo caminó bordeando la playa, apenas ocupada. Conversaban sobre viajar juntos. María tuvo ganas de quitarse los zapatos para caminar descalza por la orilla, coqueteando con el vaivén del agua, pero siguió caminando. Soñando para sí misma, rellenando su parte de la conversación con un desmedido punto de vista. Estaba decidida a viajar a Australia con ellos. Apenas se conocían, pero no le parecía una opción descabellada. Se sentía ilusionada.
Una hora más tarde estaban sentados en una terraza, dónde un animado coloquio sobre el viaje era el protagonista. De repente, Carlos habló. Era la voz de la cordura entre tanta locura sobrevenida por viajar juntos. Sus palabras y su inteligente reflexión, les hizo pensar. Se estaban precipitando. Todos necesitaban tiempo para conocerse aún mejor.
María miró el reloj y suspiró. En un segundo, el viaje a Australia se esfumaba.
Dedicado a C.M.V.
La fuerza del grupo al que se pertenece arrastra a todos sus miembros en un remolino del que es difícil zafarse. La psicosis colectiva es un hecho probado, como también que deja en un segundo la posible individualidad. A veces los humanos actúan casi como una manada de aves en el cielo, o un banco de sardinas en el mar, al unísono.
En medio de unos planes un tanto precipitados surge una voz racional, el castillo de naipes se desmorona, demostrando que todo puede cambiar en «un segundo». La mirada del reloj de María simboliza también ese poner los pies en la tierra, un baño de realidad, en este relato que, por la dedicatoria, podría tener tintes autobiográficos.
Un saludo y suerte, Gemma
Gracias Ángel por tu nota. Siempre es un placer leer tus relatos y los comentarios que realizas.
Un cordial saludo.
Una bella descripción de ambientes que va convergiendo hacia una ilusión que estalla como una pompa de jabón. Suerte.
“Todo mi gozo en un pozo”. Pobre. En un segundo puede cambiar el mundo. Y si no me equivoco, fijándome en la pista final, creo que es más real que fantástico.