33. SOLEDAD
Me enteré de la muerte de mi hermano por una carta de mi tío Jaime, mellizo de mi madre. Ellos solían comentar en las reuniones familiares , como los niños de un mismo parto, a veces, podían sentir, el uno del otro, la alegría o la tristeza . Mi madre en ocasiones entraba en un denso silencio, y lo rompía diciéndonos que a Jaime le ocurría algo, o que Jaime nos vendría a visitar esa tarde. Por eso, cuando Jaime murió, mi madre no solo lo supo anticipadamente, sino que durante mucho tiempo , paseó su llanto por la casa, en soledad. La misma soledad que yo siempre sufrí desde niño y a la que pude dar explicación, al recoger la casa de mi tío y encontrar la carta fechada veinte años antes y en la que Jaime intentaba calmar el dolor de mi madre por haber perdido a uno de los niños.
Los gemelos son personas individuales, pero existe entre ellos una íntima conexión que, a veces, parece rozar lo mágico, tanto, que traspasa distancias y hasta el tiempo, como reflejas en tu relato, un poder sin aparente explicación, pero no menos cierto.
Un abrazo y suerte, Begoña