34. Melodrama en la madrugá
Tras los años felices vividos con Jezabel en la cofradía de Jesús del Amor y la Entrega, ella le confesó su infidelidad en medio de la procesión de Jesús de las Tres Caídas y Nuestra Señora de los Misterios Dolorosos. Él entonces se trasladó a la Fervorosa de Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas e intentó también unirse a la de la Venerable e Ilustre de Jesús del Perdón.
Todo en vano, deambuló entonces por la de Jesús de la Amargura y María Santísima de las Lágrimas. Ya de noche oscura, desfiló esperanzado con el Jesús del Rescate y con la Sacramental de Nuestra Señora de la Consolación. De inmediato pusieron estos sobre aviso a los del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, que lo consolaron con siete palabras y se lo llevaron a la Hermandad de Nuestro Señor de la Meditación y María Santísima de los Remedios.
Esta Remedios era ebúrnea y morena, cofrade de la Venerable del Santísimo Cristo de los Favores, miembra entusiasta de la carrera oficial, y con ella vivió al amanecer el mágico momento de la levantá.
Pero sepan ustedes que nunca olvidó a Jezabel. Eran como hermanos.
Un recorrido a través de pasos procesionales bien aplicado, con sentimientos apropiados a cada momento, lo que no quita que sirva demasiado de consuelo al sufrido protagonista.
Un saludo y suerte, Ignacio.
Hola Ignacio,
Tal vez para curar y recomponerse de un desamor no vendría nada mal saludar y estar un tiempecito con La Soledad.
Un saludo