08. Se juntaron dos cobardes
La primera escapadita romántica, alquilamos un apartamento en la costa para disfrutar de nuestra incipiente historia de amor. Quería impresionarla y organicé una cena estupenda en la magnífica terraza de la que disponía el ático. Para sorprenderla aún más le vendé los ojos, abrí la cristalera y me disponía a poner un pie fuera cuando lo ví, sólo atiné a decir: ”Vuelve atrás”. Cerré apresuradamente y ante la mirada atónita de ella, despojada ya de la venda, le señalé con el dedo: “¿Tu ves lo que yo? ¡Ése es el lagarto Juancho!” Pasamos la semana encerrados en la habitación con un calor espantoso. Por el ventanal veíamos a la salamanquesa paseándose ufana por su feudo . En ese momento temí la imagen más que infantil, que había proyectado de mí, teniendo en cuenta además que le sacaba diez años.
Tengo que reconocer que el amor puede superar estos trances porque han pasado los años y llevamos dos días con la ventana cerrada del dormitorio, un murciélago enorme, creemos ambos que se trata de un caso de gigantismo murcieguil, ha decidido acampar en el poyete…
El palo del escobón y lo empujo a volar…..sólo de pensarlo tengo los pelos como escarpias.
Decía mi suegra que «dos que han dormido en el mismo colchón son de la misma opinión». Esta pareja, pese a la diferencia de edad, parecen almas gemelas, cortados por el mismo patrón hasta en los mínimos detalles. Quién sabe, ese temor a los animales nocturnos tal vez les una aún más, haga que no se asomen al balcón y, dentro del mismo cuarto, estén más cerca uno del otro, con lo que ello puede suponer, cama por medio. Al hilo de esta circunstancia y siguiendo con los refranes: «No hay mal que por bien no venga».
Un saludo y suerte, Ana
Dios los cría y ellos se juntan,eso dice el refrán. Estos dos tienen un miedo infinito a los bichos..bueno…es un punto en común…
Gracias por detenerte a leer.
Un saludo
¡Ay Ana, vaya par de dos! Por el bien de ambos espero que al menos una de las partes se vuelva valiente. O que tengan descendencia que pueda salvarles de los bichos!
Suerte.
Jajaja, igual la descendencia los hace pelín más valientes…Gracias por comentar.
Saludos
Cómo me he reído con tu relato, tocaya, recordando una vez en que mi marido tuvo que lidiar con un murciélago atrapado en la ventana de nuestro dormitorio. Igualito, igualito! Y no te digo las carreras que se pegan él y nuestros hijos cada vez que se cuela en casa una avispa…
Menos mal que yo ejerzo de caballero andante, siempre dispuesta a acudir al rescate.
Un besote y mucha suerte.
Si, si, hay mucho macho men de cara a la galería que a la hora de la verdad….
Me encanta que te haya provocado unas risas.
Gracias y otro beso para ti también.
Menuda pareja de bichofóbicos estos dos… Dicen que el amor todo lo puede, pero no debe ser tan cierto si el sólo hecho de pensar en usar un palo para espantar un murciélago les pone el pelo como escarpias, jaja…
Nunca había visto un refrán tan bien representado, Ana; te felicito… 🙂
Besos desde Argentina 😘😘😇😇
Por aquí hay muchos refranes…»siempre hay un roto para un descosido»,pero ahí se ve que todos necesitamos a alguien y estos dos sobre todo, a una empresa que se encargue de limpiar el ambiente de intrusos…
Muchas gracias por tu comentario, me hace mucha ilusión.
Un beso