OCT144. LA MIRADA DEL PROFESOR, de Isabel Martínez Barquero
Se enamoró perdidamente de aquel profesor que nunca la miraba a los ojos. Recién llegado al pueblo para el nuevo curso, nadie supo contarle de su vida ni de su situación sentimental. Armada de intrepidez, lo siguió hasta su casa, espió sus costumbres, indagó en sus gustos a través de los encargados de las tiendas e hizo todo lo que estaba en su mano para conocer más de la vida del hombre que la tenía seducida sin remedio y que la ignoraba de manera ostentosa.
Cuando casi creía que nunca repararía en ella el atractivo profesor, obtuvo la primera mirada de él. Fue a la salida de las clases, en un claro día de finales del invierno. Todo su interior brincó revolucionado, como si dentro tuviera metidos a los innumerables caballos de un hipódromo. Se sintió feliz, sin saber que aquella primera mirada sería la desencadenante de su creciente estado de debilidad, el mismo que la llevaría a la muerte una semana después, una vez recibidas en su cuerpo un número considerable de miradas del amor oscuro que había elegido
Y es que hay amores que matan…literalmente.
Muy buen relato Isabel. Tiene todos los ingredientes que a mí me gustan: te engancha desde el principio, está bien planteado y te sorprende con un final inesperado.
Suerte.
Besitos.
¿La mató la pasión, un oscuro poder maléfico del profesor? Se me ocurren muchas causas, pero prefiero dejar abierto todo el espectro de posibilidades.
Un saludo
JM
Amor oscuro, negro, aciago… Así debe enamorar y mirar el diablo, no? Aunque creo que ha faltado algún gesto que aclarara ese cambio en él. Aunque a lo mejor está y yo no lo he sabido ver.
Un abrazo, Isabel.
venía muy bién hasta que caí en un pozo y ya no supe para donde ir,. Suerte, Héctor
Nos encandilamos con miradas que no nos convienen y luego no hay marcha atrás.
Un abrazo, Isabel. Grande.
Isabel, parece que el destino se resistia a llevarsela al principio; pero… cedio. Bien hilvano y fluido. Suerte y saludos Calamanda
Qué oscura y dañina tenía que ser esa mirada, aunque quizá haya amores que son así, surgen de improviso y llevan el mal dentro sí como una célula cancerígena imposible de controlar. Vaya racha de relatos que llevas en ENTC, Isabel. ¿A quién te vas a cargar en el próximo?
Saludos y suerte.
Isabel, el texto te engancha por el principio. El final me parece que le falta algo. La mirada maléfica del profesor la mando al otro mundo, pero a lo mejor un poquito más de explicación te quedaría mejor. De todos modos lo más probable me equivoco. Buen relato, te deseo buena suerte, Sotirios.(Quiero decirle que si decides visitar mi cuento tienes que pisar donde Responder, si no, no entra el comentario)
Un amor negro, oscuro, a veces enamorarse de la persona equivocada es lo que lleva a ciertas situaciones o finales tan dramáticos. Esa ilusión de que se fijara en ella fue el desencadenante de su propio abismo.
Un beso
Suerte!
Rosa.
Me gusta Isabel, porque hablas de los maestros de pueblo que muchas veces acudían solteros y otras tenían su vida oculta.
Un beso
Vaya, nos dejas un sabor de boca un tanto siniestro y sobrecojedor. Me ha gustado mucho, tiene la fuerza de las novelas negras y al filo de inexplicable.
Felicidades.
No sé si pensar que el «amor oscuro» la mató literalmente o si fue algo más metafórico, que ella se fue consumiendo espiritualmente porque no fue correspondida o algo así, pero prefiero que hayas dejado el final sin terminar de hilar y abierto a interpretaciones. Besos.
Siendo un profesor oscuro al cruzar su mirada con el amor corría el riesgo de iluminarse y resquebrajar toda su lógica escolástica acartonadamente académica, pero él ya estaba preparado con impenetrables lentes oscuros que impermeabilizaban su corazón y los pájaros que llegaban a saciar su sed ante el espejismo del amor a las orillas de esa trampa sucumbían en contados días.
Como en toda literatura la muerte puede simbolizarse ya sea literalmente, o como un matrimonio, o como una relación enfermiza donde el amor no germina, sencillamente porque el profesor es un impotente amorosamente hablando.
Suerte en el concurso.
Y que tengas una pronta recuperación.
Abrazos Escritora!!!
Este maestro me recuerda a algunos de los personajes de Stephen King, misterioso y oscuro, algo así como Linote en «La tormenta del siglo». Me gusta, suerte.
Saludos.
Creo que el profesor era un Mago Negro. Un vampiro. O tal vez no. O tal vez fue su condición como amante la que la arrebató.
En el libro «Tratado del amor» de Ibn Arabí recoge muchísimas condiciones de los amantes. En determinado momento dice:
«Una de las condiciones de los amantes es ser muerto».
Porque, como dice el pájaro de Elliot «el ser humano no puede soportar mucha realidad».
Ella pudo tal vez acceder a la realidad esencial, y por tanto no quería hacer otra cosa que intentar alcanzarla, esto es, abandonar el barro: morir para vivir despojada de atributos.
El relato comienza como si tal cosa. Parece realista. Y de pronto da un salto hacia el abismo que hace pensar.
Gracias, Isabel.
Un gran abrazo
Blanca
Gracias a ti, Blanca, por llegar hasta aquí y dejar este hermosísimo comentario.
Nuestro Ibn Arabí (Abenarabi para tantos murcianos) sabía muy bien de lo que hablaba. Sé que te gusta frecuentar al místico sufí y dejas perlas preciosas de su sabiduría cuando viene al caso, como aquí.
Con respecto a Elliot, qué decirte… Es uno de mis poetas favoritos desde hace muchos años.
Gracias por tu hermosa huella, por tu estela de poesía, poeta máxima.
Un beso.
Bueno, está muy bien eso de sicoanalizar las relaciones, los amantes, los amores y tal. Siempre es un placer aprender y leer opiniones, ideas, tesis.
Yo, cñéndome al relato, que me gusta por lo que deja flotando y sobre todo por el final, saco mi conclusión, la que a mí me gusta y ahí se queda, y es que él no la miraba porque la amaba, porque sabía que era destructivo, pero le pudo la pasión, la miró y……
No me digáis que no, ni la autora ni nadie 🙂
Suerte. Abrazo.
No te digo que no, que es una interpretación preciosa y que me gusta mucho. Eso sí, me cuidaré de dar mi visión, que por algo deje el final abierto. Sea como sea, caben varias y diferentes interpretaciones, al gusto del lector. Los micros, por su densidad poética y corto espacio, no lo cuentan todo y su potencial es esencialmente evocador.
Gracias, Antonia.
Un beso.
Quisiera contestar a todos, uno a uno; pero siento que si lo hago me pierdo vuestros relatos, así que creo que es más justo leeros que iniciar una ceremonia de parabienes recíprocos.
Que conste que quedo muy agradecida por vuestros comentarios.
Abrazos para todos.
Pues opino como mi querida Antonia, que las caza al vuelo, que era reciproco, que si se negaba a mirarla era por que estaba loco de atar por ella… ves lo que pasó después?
Un abrazo Isabel, me ha gustado, ameno y de suculentas miradas.
Rosy
Hola Isabel, tu relato es cierto que da lugar a distintas interpretaciones. A veces las cosas que se persiguen con tanta vehemencia puede llevarnos al logro, a la desilusión a al fatal desenlace de tu micro.Se puede morir de muchas maneras, una de ellas en vida.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo, mejórate y te deseo mucha suerte.
Elena
Lo que puede esconder una mirada, y lo que puede llegar a desatar una pasión… Suerte Isabel, a mí me ha gustado y me ha dejado con ganas de saber más.
Besos desde el aire
Hola, Isabel.
Precisamente, ese final abierto es lo que más seduce del micro y nos deja libertad de imaginar el nuestro.
Las miradas encierran tantas cosas… que son mundos aún sin explorar.
Un beso muy fuerte.
Isabel, en tu línea de saber hacer y de explosiones de creatividad. Tu ángel negro de mirada oscura es un asesino dulce que mata de amor y ciega a las mozas.
me ha gustado mucho, como casi todos tus relatos.
La otra interpertación es la muerte de amor de aquéllas adolescentes que mueren por sus profesores, el fenómeno fans, etc… pedazo relato .
Abrazos
Isabel, la verdad es que escribes tan bien que me había creado más expectativas sobre tu aportación. Todo el peso del relato cae sobre esas «miradas de amor oscuro», pero amiga, no sé que eso. En fin, otra vez será. Con cariño, lo sabes.
Me gustó mucho el principio de relato, Isabel, está muy bien trabajado y escrito, describes una pasión absorbente muy bien. Por eso el final me resulta tan brusco, tan difícil de entender, esa mirada oscura no me explica su muerte. Sí, ya sé, final abierto, pero con lo cerrado que estaba antes ¿no es demasiado abierto? Besos y suerte!
Yo creo que el profesor era vizco y la mirada la partió por dentro. Mucha suerte.
Abracísimos.
Isabel, aunque ya te visité dejo mi presencia también por aquí. Y cierto hay miradas y miradas. ¡Cuántas veces no se nos ha saltado el corazón de una simple mirada!.¿ ¡Y cuántas veces no la hemos deseado!? Claro que las consecuencias no las sabemos y en tu relato las hubo. Un abrazo cariñoso, Isabel.
A veces el amor prohibido se torna peligroso. El profesor, un hombre misterioso, por algo, no se dejaba descubrir ante los demás.
Pero cuando el demonio está de por medio… Se paga con la muerte.
Me hizo acordar a cuando te dicen: No fuerces las situaciones, cuando no tiene que ser… por algo es.
Pero el amor te ciega y no deja que veas ni entiendas las miradas oscuras…
Suerte Isabel, un abracito.