46. #devórame
Prometían contactos extremos con extranjeros de todo el mundo. No dudé en instalar la app. Pasados unos días llegaron las gafas y resto de gadgets. Cotilleé el menú y elegí un romántico encuentro con un francés monísimo. Recorríamos a caballo los viñedos y pisábamos abrazados las uvas ya maduras. Entonces contaba los lunares de su espalda allí mismo —sin salir de la tina— y con tanto roce enseguida se caldeaba el ambiente y fermentaba el mosto. Maridamos muy bien y pasábamos las noches tarareando bajo la vía láctea Je t’aime… moi non plus.
Empalagada de tanto amor solicité un nuevo contacto, más salvaje a ser posible, y adjunté la etiqueta #devórame. Enseguida apareció un exótico maorí. Nada más verme me tumbó desnuda sobre la hierba, decoró mi cuerpo con unas rodajitas de kiwi y se puso a gritar, a golpearse brazos, piernas y pecho con las manos y a sacar la lengua, mirándome con los ojos fuera de las órbitas. «¡Qué espanto! ¿Será caníbal?», pensé.
—¡Qué tontería! Es solo un programita —añadí en voz alta.
—¡Qué ilusa! —contestó el programita.
—¡Socorro! ¿Hay alguien ahí fuera? ¡Me ha engullido el hashtag #devórame! —grité.
—¡Bip! Reinicie aplicación. Menú actualizado —concluyó el programita.
La realidad virtual está alcanzando unos niveles de realismo en verdad inauditos. El riesgo latente es el de llegar a creérselo. Por fortuna o por desgracia, la realidad es machacona y siempre termina imponiéndose. En esta ocasión, ha llegado a tiempo para rescatar a tu protagonista, que quizá y pese a la experiencia no escarmiente.
Un micro muy actual y lleno de intensidad.
Un abrazo y suerte, Javier
#qué bueno
Se asustó con la danza maorí ja,ja,ja
Coincido con Ángel, de total actualidad y muy dinámico. Genial, Javier.
Abrazos
Gracias a los dos por leer y comentar. No podemos ni imaginar lo que viene. La revolución del Metaverso, de cumplirse, será épica. Ya solo nos falta que la tecnología permita que nos salga una antenita del cocoroto, 24h conectados.¿Se imaginan? Uy, eso da para otro micro.
Abrazos