50. Mutus Dedit Nomen Cocis (Juana María Igarreta)
¿Quién va a imaginar que la grieta de una piedra de un parque oculta una joya? Cuando el sol incide con sus rayos en el pequeño diamante que corona la sortija, multitud de reflejos irisados surgen de la oquedad.
Laura presenciaba una tarde en la calle cómo un apuesto mago realizaba un sinfín de juegos con una baraja española; en un momento él la invitó a que escogiera mentalmente dos cartas de las veinte que estaban dispuestas sobre la mesa. La joven anotó su elección en un papel y lo guardó en su cartera. Cuando, tras haber mezclado los naipes varias veces, el prestidigitador adivinó cuáles eran los que figuraban en la nota, ella dejó escapar una exclamación de asombro. El mago se ofreció a desvelarle las claves de aquel juego de nombre impronunciable. Laura accedió y la magia los hizo abrazarse bajo la luna pocos trucos después. Pero pronto se rompió el hechizo y a la muchacha las caricias de él se le antojaron caras. Al escabullirse del ilusionista el anillo que bailaba en el dedo corazón de ella salió despedido.
A Laura no le queda ninguna duda, ¿quién mejor que un mago para hacer desaparecer cualquier cosa?
Los ladrones de guante blanco, por su habilidad, casi se pueden considerar magos. Este pícaro personaje juega con las dos barajas.
Buena historia y bien contada, Juana.
Un abrazo y suerte.
Hola, Juana. Ahora me tocó a mí googlear qué era eso de «Mutus Dedit Nomen Cocis», y resultó que es un juego de cartas que también tiene el nombre de «Matemagia» y se juega con parejas de cartas, y ya sabiendo eso y releyendo el micro, entendí el trasfondo de la historia: qué maravillosa que resulta la magia al sorprendernos, y qué desilusión cuando se le ven los hilos y terminamos dándonos cuenta de que no era otra cosa que un truco… Lo mismo se aplica al mago de la historia; tan maravilloso y atractivo le resulta el mago a la chica que se termina enamorando de él pero luego, qué desilusión la invade cuando la magia se rompe y a él se le ven los defectos… Como dice el refrán, «Caras vemos, corazones no sabemos»…
Me encantó la imagen de los reflejos irisados surgiendo de la oquedad…
Cariños,
Mariángeles
El astro rey refleja la luz sobre el anillo a la vez que una historia de seducción, pasión y desengaño. Muy buen relato, Juana. Un abrazo y suerte.✍
Muchas gracias, Ángel, por tus palabras. La verdad es que mi intención era contar que el anillo cayó en la grieta mientras Laura escapaba del abrazo del mago. Creo que no lo he conseguido. Pero sí, un poco aprovechategui era a los ojos de ella, pero el anillo no lo robó. A cada uno lo suyo (jejeje). Un abrazo.
Hola, Mariángeles, el»Mutus Dedit Nomen Cocis» es un juego muy antiguo que en casa lo dominaba muy bien uno de mis hermanos mayores. En cuanto vi el tema propuesto me vino ese recuerdo familiar a la cabeza. El anillo también existe, oculto en una grieta de una piedra de un parque, pero es una bisutería, no una joya. Sí, el mago era muy bueno con las cartas, pero no tan bueno con otras artes. Muchas gracias por comentar. Besos desde Pamplona.
Hola, Salvador, el astro rey delata dónde, por azar, está oculta la sortija. Laura, como está convencida de que el mago se la robó, no se ha molestado en indagar más. Es lo malo de dar por sentadas algunas cosas. Mil gracias por pasarte y comentar. Un abrazo.