57. Escalera de corazones (La Marca Amarilla)
Ella le miró a los ojos y supo que se marcaba otro farol, pero él insistía en repetir que no, que no quería a María, su compañera de oficina, ni había quedado ni pensaba en ir a tomar nada con ella, que esos rumores eran infundados.
Ella sopesaba retirar su envite y tirar sus cartas de despechada sin motivos, confiar de nuevo, apostar por la relación, y así se lo insinuó.
En ese tenso instante él le dijo «yo te quiero de verdad, María».
Y ahí terminó la partida, y el juego. Ella no perdería nunca más.
Bajo un título de lo más apropiado, desarrollas una historia de amor en la que una de las partes denota cierta indecisión; en las cosas de dos siempre hay uno que lleva más la iniciativa, y otro que quizá busca excusas antes de dar el paso definitivo. En todo caso, bien está lo que acaba bien.
Un abrazo y suerte, Marca
¡Campeón!
Gracias, Ángel!! Siempre tan acertado en tus comentarios!!! Casi siempre los jugadores torpes no ganan las partidas!! 😉
Un saludo, campeón!!