82. Cosas de humanos
Ella solo mantenía amistad con humanos cien por cien. Borré con esmero las huellas de ese cinco por ciento que me separaba de la etnia pura y así poder acceder a su reducido círculo. A estas alturas del siglo XXII era muy raro que algún antepasado no hubiese tenido algún mestizaje con humanoides, tan evolucionados desde los primitivos robots.
Nos conocimos y las citas eran cada vez más largas y frecuentes. La relación avanzaba viento en popa. De improviso ella decidió que era el momento de presentarme a sus padres. Y al ver que el tipo al que estrechaba la mano era el mismo a quien soborné para que autentificara mi árbol genealógico de humano con pureza de raza, creí que todo mi plan se había ido al traste. Entonces su progenitor me susurró al oído: «Si no dices nada, yo tampoco». Después apareció su madre con una bella melena teñida de un verde inconfundible. ¡Cómo olvidar esa noche y mi trabajo como estríper de bombero apagando los fuegos de una mujer tan fogosa! Me guiñó el ojo y dijo: «Bienvenido, te acogeremos con mucho amor».
Los humanos son, o somos, así de complicaditos, aunque no sé si muchos llegamos a este triángulo de personajes con mucho que ocultar. A ninguno le conviene que el resto conozca sus secretillos particulares con el protagonista. En esta combinación de personas que ya han pasado las fronteras de lo legal, formal y bien visto, puede suceder cualquier cosa. Ese último «te acogeremos con mucho amor» promete.
Un relato futurista, pero con un componente tradicionalmente humano muy marcado, que daría para una película o serie de enredo.
Un abrazo grande y suerte, Pablo
Ángel, gracias por tu comentario tan positivo y halagador, que siempre anima a colgar un relato, aunque lleves varios meses sin hacerlo como en mi caso. Un abrazo, amigo.
Pues sí, Pablo, parece que por muchos años que pasen y por mucho que el mundo avance, la condición humana seguirá en esencia inalterable. Gracias a eso se podrán seguir escribiendo relatos tan divertidos como este que nos presentas aquí. Espero que tengas suerte con él en esta convocatoria. Un abrazo.
La condición humana tan inspiradora de relatos. Alberto, gracias por tu comentario tan motivador. Un abrazo, amigo.