12. En mis sueños
No me conoces, pero habrás leído cartas mías. O quizás tengas a alguien que te las lea, estarás tan ocupada… Espero que no te tomes a mal cada escrito que recibas, todos sin fecha, sin nombre… No soy ni un acosador ni nadie peligroso. Sé que jamás podré acercarme a ti, porque hay muchas barreras que lo impiden. Mis intenciones, ya digo, son honestas.
En mis sueños junto a ti soy alguien especial. Amable, cariñoso, educado, inteligente, culto, atrevido…, del que te enamorarías al instante.
En la realidad no soy nada del otro mundo. Más bien diría que tú eres de otro mundo; uno inalcanzable, brillante y lleno de estrellas.
Yo, simplemente, soy un ser gris y anónimo de los muchos que habitan este mundo. Que, a veces, se sienta en un mullido sillón, delante de una enorme pantalla blanca, de un multicine sin nombre, de una ciudad que no conoces y a la que posiblemente nunca vendrás. Y que, en reverente silencio, te adora en cada plano, haciendo que la vida sea algo menos gris.
¿Quién no se ha enamorado de un actor o actriz de cine, o, al menos, de un personaje. Es un género, como la literatura que permite evadirse y en el que todo es posible, no en vano, alguna vez se ha definido como la fábrica de sueños, en los que vive tu anónimo personaje, un protagonista sin protagonismo fuera de tu relato, pero fundamental en él, y con el que podríamoa identificarnos.
Un abrazo y suerte, Esperanza.
Y es que no hay nada más anónimo que alguien a oscuras en una sala de cine.
Gracias Angel.
Mucha suerte para tí.
Un abrazo