73. Cotillón
Darth Vader se queda sin palabras ante la figura imponente de la falsa Marilyn. Napoleón, que pasaba por allí, aprovecha para pedirle con una reverencia el siguiente baile. Un soldadito de plomo con muletas canta por Ian Dury subido en una mesa. Un oso polar rebusca, entre los hielos de un barreño repleto de cervezas, una que esté suficientemente fría para él. Blancanieves, visiblemente acalorada, se suelta del brazo de un avatar algo desteñido y desabotona la parte azul de su vestido. El Llanero Solitario aprecia sin querer los bonitos pechos que asoman bajo su corpiño. Pepi, Luci y Bom, Cutty Sark en mano, se disputan el favor de un marino tatuado al que no le quita ojo una Olivia entrada en carnes. Un Sherlock Holmes, con faldita de cuadros y amplio escote, extiende sobre el mármol impostado de una lamparita unos sospechosos polvos blancos. Un Shrek más morado que verde sale a hurtadillas de uno de los baños, detrás Cruella de Vil va en otra dirección acomodándose el traje y el peinado. Campanilla revolotea entre los invitados repartiendo matasuegras y un bote de uvas. Cuando suenan los cuartos, una princesita corre a toda prisa hacia la puerta de salida.