75. Accidente
El golpe fue brutal. La conductora, una señora de mediana edad, salió del vehículo sobresaltada. Se acercó a la víctima y se apartó horrorizada. Al momento llegó la ambulancia, algún transeúnte la habría llamado. Luego, la policía.
–“No sé cómo ha podido ocurrir… No la vi… ¿Cómo puede haber pasado esto?…”
No muy lejos se veía el vómito de la alterada conductora.
–“Siéntese, señora. Tranquilícese. Cuéntenos qué ha sucedido.”
–“Esa pobre mujer… Apareció de la nada. Ella corría a gran velocidad bajando la cuesta, no debió ver ni oir que yo salía del parking… ¿quizá por escuchar música mientras hacía jogging?…”
–“¿La conocía?”
–“Yo… No… En seguida fui a auxiliarla. Me fijé en su cara, para mí un rostro anónimo. Pero… esa expresión… Todo estaba lleno de sangre, y sus ojos perdidos para siempre…”
Nota: Quizá este relato no debería incluirse en la convocatoria actual pues, en realidad, la víctima no era una persona anónima para la protagonista sino la amante de su marido (aunque ella había fingido muy bien no saber de su existencia durante los últimos meses).
Unas apariencias muy bien trabajadas, creo que todos los que leamos este relato ni siquiera sospechábamos de las intenciones ocultas de tu protagonista.
Un relato que tiene en el anonimato un disfraz que contribuye al engaño y la apariencia.
Un abrazo, suerte y feliz año, Carme.
De momento parece que a la protagonista le «ha salido bien» el plan… A saber cómo acaba – pero no se merece tener un final feliz, la muy bruja…
Muchas gracias, Ángel, por pasarte a comentar.
Un abrazo de vuelta y también mis deseos de un feliz año para ti.
Carme.
Fue sin duda un accidente, quién podría pensar que ella y su marido… En fin solo es cosa del destino. muy buen relato Carme. Un abrazo
Creo que nadie va a saber de esa relación.
Muchas gracias por pasarte a dejar un comentario.
Un abrazo de vuelta.