09. GUIDO
Dice un bello proverbio árabe que quien vive con dos caras muere sin rostro.
Y hasta sin cuerpo, porque del simpático Guido nadie volvió a saber desde aquella noche de copas en su garito habitual.
Sus amigos de farra recuerdan que un conocido mafioso se dejó caer por allí, se acercó a él y, delante de todos, le llamó traidor, y que Guido, entre risas, le replicó que él no echaba cuentas de lo que dijera un borracho.
Esa debió ser su última juerga porque, por más que buscaron, ya no volvieron a verlo.
Los secretos de Guido, sin duda turbios si andaba metido en asuntos mafiosos, debían formar parte de otra faceta bien oculta bajo su apariencia de vividor, que era lo que todos veían; pero esa vida paralela y encubierta es la que a la postre termina con toda su existencia. Sus amigos solo pueden deducir su fatal desenlace a través de las apariencias de un diálogo muy breve, pero suficiente para justificar el final de su compañero.
Un relato con un protagonista que es dos personas a la vez, con una faceta pública y festiva y otra privada y oscura.
Un abrazo y suerte, Puri.
Gracias, Ángel, por leerme y por comentar mi relato a la perfección, como siempre. Solo quisiera añadir que ese conciso, precioso y certero proverbio árabe, con el que inicio mi cuento, también define al falso y «simpático» tipo mejor que ningún otro. Un abrazo, querido amigo.
No conocía ese bello proverbio árabe, no por bello menos terrible. Me hizo pensar especialmente en los espías, que suelen llevar dobles vidas perfectamente separadas y paralelas.
En el caso de Guido, estamos frente a alguien que también juega a dos puntas, pero en la mafia: ha traicionado a alguien (posiblemente el borracho que lo increpa), y eso ocasionó que «lo desaparecieran» y, seguramente, como no se supo más de él, también le costó la vida… Las apariencias engañan, sí, pero no todo el tiempo y mucho menos, a todo el mundo; Guido es la «prueba ausente» de ello…
Inquietante micro, pero muy bueno, Puri.
Besos😘😘😇😇
Muchas gracias, Mariángeles. Me alegro de que te haya gustado mi cuentito. En cuanto al proverbio árabe que incluyo, es de los más bellos y certeros, aunque dudé entre este y otro similar que dice: «El que monta en dos camellos, cae entre ellos». Un abrazo, guapa.