65. Complementarios
Es incapaz de combinar los zapatos con el bolso. O el pantalón con el color de sus labios. Me refiero a Sisí, mi amante. Daniela, mi esposa, acostumbra a reprochármelo: “Deberías escoger amantes con más estilo, algo más glamorosas y que no tenga nombre de puta”, suele repetirme. Yo me encojo de hombros, que es lo que se hace cuando no sabes muy bien qué decir. O cuando lo que quisieras decir, puede ser utilizado en tu contra, como dicen los policías americanos en las películas cuando detienen a un delincuente. Y así seguimos: ella critica a mi amante, yo me encojo de hombros y la vida continúa. Y como ambos somos razonablemente discretos, de puertas para afuera seguimos siendo lo más parecido a una pareja ejemplar.
Lo importante es la armonía y la convivencia, personas que se complementan aunque no sean perfectas. Si además se guardan las formas y las apariencias, todo funciona y hasta resulta ejemplar.
Un abrazo y suerte, José Manuel
Sí, las formas bren muchas puertas ¡Demasiadas! Abrazo, Ángel