18 TELESCOPIO (Mariángeles Abelli Bonardi)
Fijas, binarias, enanas, fugaces… Se levanta con ellas, y aún así, todas lo eluden. Frota el cristal con solución limpiadora, vuelve a mirar: ovnis, alienígenas ancestrales, y principitos en su asteroide permanecen fuera de foco e indiferentes a su esfuerzo.
¿Será miopía, astigmatismo, o peor, la temida falta de visión? El óptico lo estudia y examina, calibra sus palabras pero no hay nitidez en su respuesta. Una supernova de rabia le inyecta la lente en sangre… ¿Acaso nunca podrá ver claro? Desde pequeño ha querido subir alto, ponerse en órbita, contar cada estrella y cuerpo celeste…
Se encomienda a Galileo Galilei. Venera la estampa de Huxley en su Mundo Feliz. Desgrana, rosario tras rosario, todas las patentes que conoce… Su fe se pierde en un agujero negro.
Lentamente, abraza la oscuridad. Con Orwell descubre el voyerismo y la hipervigilancia. Sigue solo, pero ya no sufre…
«Hacen bien en temerme» , se regodea pensando. «Soy El Ojo Que Todo Lo Ve.»
No podría haber una definición más apropiada para un telescopio que «El Ojo Que Todo Lo Ve», con lo que ello supone. Sabernos observados, como el impulso de vigilar y controlarlo todo, es algo puramente humano, como bien has desgranado en varios ejemplos muy literarios. La observación supone información, esta conlleva poder y, a la vez, algo de soledad.
Alguien tenía que darle protagonismo y voz a un ingenio que enlaza con las aspiraciones de ver más allá.
Un abrazo y suerte, Mariángeles.
Querido Ángel: fue leer la frase disparadora de Virgilio y pensar en un telescopio, en su invención y en la dificultad que de seguro debe haber supuesto para los primeros astrónomos ver las estrellas y conocerlas, identificarlas y nombrarlas por medio de ese «ojo que todo lo ve» y que todo lo quiere descubrir, si del cielo se trata…
Como bien supiste ver, el personaje es el telescopio mismo, con todo lo bueno y lo malo: su virtud exploradora y su defecto de espiar y de ver lo que no debería ser ni espiado ni visto, por ejemplo, las vidas ajenas, y aquí es donde pensé en Orwell y su novela 1984… Como bien dijiste, la información conlleva poder y este poder puede usarse bien o, por el contrario, corromper a quien lo usa…
Siempre contenta de leer tu visión sobre mis micros, vaya otro abrazo y suerte para vos,
Mariángeles
El pobre telecopio no quiere ser ignorado, pretende que su labor descubriendo estrellas y planetas sea recompensada de alguna manera. Por ello se rebela convirtiéndose en el «ojo que todo lo ve» y metiendose en las vidas ajenas. Un micro muy imaginativo, Mariángeles
¡Muchas gracias, Gloria! Creo que la reacción del telescopio es, más que todo, «por la negativa», como decimos aquí en Argentina, así que si antes lo ignoraban, ahora será peor, porque también le van a temer…
Ha sido una hermosa sorpresa de domingo tu comentario… 😊😊
Besos patagónicos😘😘😇😇
Creo que el personaje ve más en los libros que en lo que alcanza su visión. Me gusta «Su fe se pierde en un agujero negro». Suerte
Puede que tengas razón, Manuel, que el ver más en los libros sea la forma en la que el personaje compensa su falta de visión real… y en cuanto a la frase, a mí tambien me gusta, y mucho… 😉
Suerte para vos también 😇😇
El protagonista vive sólo para observar las estrellas, lo que hace que lo pague en soledad.En un principio se queja de que nadie se fije en él y de falta de reconocimiento por parte de los demás.Pero es tal la pasión que siente por conocer el espacio celeste, que sigue dedicando su vida a adquirir cada vez más conocimientos sobre el tema, rodeándose de libros de los mejores autores. Es tal su obsesión con el manejo del telescopio que llega un momento que parece que el aparato forma parte de él mismo. Cuando toma conciencia de la importancia de su papel, ya no le importa estar sólo, le compensa sentirse temido y poder decir eso de ««Soy El Ojo Que Todo Lo Ve.», equiparándose nada menos que al mismísimo Dios. Muy imaginativa e impactante tu propuesta, Mariángeles. Suerte con ella. Besos.
Querida Juana: quiero empezar, antes que nada, agradeciendote tu comentario tan pormenorizado sobre mi micro. Me encanta que le hayas encontrado tanto y que no te dejara indiferente, y me gusta especialmente esta parte que transcribo aquí: «Es tal su obsesión con el manejo del telescopio que llega un momento que parece que el aparato forma parte de él mismo». Si bien difiere con mi idea de que, como ya le dije a Ángel, el telescopio fuera el personaje, en una suerte de animización, me gusta cómo describe esa especie de sincretismo, esa asimilación del telescopio a la personalidad y ser mismo de quien lo usa, porque da cuenta de la obsesión del personaje y de cómo esa obsesión lo va cambiando para mal…
Qué gusto que mi propuesta te parezca imaginativa e impactante… 🥰🥰
Suerte también para vos.
Besos😘😘😇😇
Hola, Mariángeles.
Paradógicamente, en este relato tan bien llevado y tan brillante, todo hay que decirlo, me da la sensación de que cada vez las estrellas y las personas se encuentran más lejos del protagonista. Un telescopio puede ser un instrumento fantástico para acercarse al universo, pero mucho me temo que este personaje entiende más de lentes y ópticas que de perspectiva.
Un afectuoso y cálido abrazo.
«Este personaje entiende más de lentes y ópticas que de perspectiva»: a mi criterio, querido Barceló, esta frase tuya está para enmarcar… y en cuanto a lo que decís de las estrellas y las personas tenés razón, y cuán lejos está el protagonista de ellas podemos verlo cuando empieza a abrazar la oscuridad…
Qué gusto que te parezca bien llevado (y brillante, porque todo hay que decirlo, como bien apuntas) este sencillo relato…
Te devuelvo el cálido y afectuoso abrazo… 🤗🤗
Mariángeles😇😇
Me encanta tu relato, Mariángeles, aunque me da un poco repelús ese telescopio, casi un Panóptico de Bentham que, con la excusa de observar los astros husmea en las vidas ajenas. Casi me dan ganas de sobornar al óptico para que lo nuble. Mucha suerte y un fuerte abrazo.
Hola, Javier. Antes que nada, mil gracias por enseñarme esta palabra que no conocía, y cito su definición:
«Un panóptico es una construcción cuyo diseño hace que se pueda observar la totalidad de su superficie interior desde un único punto. Este tipo de estructuras, por lo tanto, facilita el control de quienes se hallan dentro del edificio.»
La info de Wikipedia da las cárceles como ejemplo de panóptico, y si hago un parangón con el micro, creo que la palabra le va perfecto a ese telescopio que tanto repelús te da, así que pedirle al óptico que lo nuble (sobornarlo no, jaja) sería una gran idea; todos tenemos derecho a nuestra privacidad, y nadie, estoy segura, quiere ser observado y, mucho menos, espiado…
Que gusto que, pese al telescopio, te encante el relato…
Más abrazos y suerte para vos 🤗🤗
Mariángeles😇😇
Me ha encantado la imagen de los principitos, extraterrestres y ovnis ignorando la mirada del telescopio y mirando hacia otro lado, está genial.
Desde luego que el telescopio estudioso del firmamento encontró una nueva afición espiando vidas ajenas, así no se sentía tan solo, se sentía mejor con las nuevas distracciones jajaja, incluso le gustaba proclamarse el ojo que todo lo ve. Como siempre, muy inteligente y bien resuelto, Mariángeles.
Abrazo
Querida Aurora: siempre me alegra recibir tu comentario, y en esta ocasión veo que te ha gustado lo mismo que a mí, esa parte lúdica de ovnis, extraterrestres y principitos, que yo no he visto ninguno, pero parafraseando el refrán sobre las brujas, «que los hay, los hay», jaja…
A estas alturas de la tecnología, no me sorprende que el sentirse solo e ignorado lleve a alguien por el camino de las aficiones non-santas como espiar las vidas ajenas sin que los espiados se den cuenta… Nadie quiere ser ignorado, ni siquiera un pequeño telescopio; todos queremos dejar estela y saber que nuestra vida importa, que tiene sentido para nosotros y especialmente para los otros, ésos que forman nuestro universo…
Muchísimas gracias por tus siempre generosos conceptos.
Otro abrazo para vos🤗🤗😇😇