47. Algún año
Algún año me gustaría ver las Perseidas. He leído en mis libros que es un gran espectáculo y a mí siempre me han gustado mucho las estrellas. De momento, me tengo que conformar con leer mis libros de astronomía. Mamá no para de comprármelos, creo que se siente culpable por lo del accidente. Aún recuerdo su llanto cuando el médico nos dio la noticia. No paraba de llorar, me cogía la mano y la apretaba contra su corazón en un acto que acompañaba de unos gemidos indescriptibles; pero yo era feliz. Era mi oportunidad. Ya no encontraría ninguna excusa para negarme lo que hasta entonces había querido más en mí vida. Ahora, todas las noches duerme a mí lado para hacerme compañía y, cuando han salido las estrellas, me trae el bastón en la boca y agarrada a su arnés salimos a sentir el rocío de la noche. Yo me siento en el banco del jardín y mientras tanto Aries me cuenta, entre ladrido y ladrido, como se mueven las estrellas.
Un escenario duro, sí que vieron las estrellas en ese perturbador accidente que los ha marcado para siempre. Se les ha detenido la vida en un minúculo planeta del que Aries se comporta como la mejor de las mascotas. Suerte LuisCar con este relato que conmueve por su tristeza.
Muchas gracias por tu palabras. Ciertamente tienes razón, nos miramos demasiado el ombligo en vez de mirar a nuestro alrededor para ver que cada persona tienes un prisma para por el que ve las cosas. Un saludo
Todo puede cambiar en un momento y a peor, queramos pensarlo o no. A veces llegan malas cartas, pero una vez que se tienen no hay otra que jugar con ellas. Es lo que hacen tus personajes. La madre, superando su dolor y hasta culpabilidad lo mejor que puede; el hijo, manteniendo su ilusión pese a todos; los dos, más unidos que nunca.
Una historia triste, a la vez que esperanzadora, se puede decir que un canto a la vida.
Un saludo y suerte, Luiscar.
Muchas gracias, por comentar este pequeño sueno. Es cierto que siempre se ha dicho que el destino tiene mucho que ver con las estrellas. En este caso la analogía de la baraja me ha parecido mas que acertada.
Un saludo
LuísCar, terrible micro lleno de sentimientos encontrados, horror y esperanza; amor, culpabilidad y deseo de compañía. Un abrazo.