OCT115. ÚLTIMO ALIENTO, de Sara Lew
Noventa y cinco tirones de oreja; varias palmaditas suaves en la espalda y “que cumplas muchos más” a coro mientras apago las velas.
Alrededor de la mesa se agolpan los míos (hijos, nietos y bisnietos), tan pendientes del soplido ahogado e interminable con el que sofoco aquel cúmulo de años, que no reparan en que el deseo que pedí se eleva sobre la tarta hasta quedar suspendido a un palmo del techo. Sonrío. Ahora los observo distinto (hay otra luz en mis ojos nublados), y después de acariciar sus rostros me escabullo volando de la habitación, hasta perderme en lontananza.
Precioso Sara.Bonita imagen para un final deseado. Un abrazo
Llegar al final de la mejor manera, lo que todos deseamos.
Un abrazo.
Buen relato del la feliz cumplimentada fantasma.
Abrazos.
Qué bien que existen los fantasma, así nos podemos enterar como vivieron su muerte 🙂
Un abrazo, María.
fantasmas 🙂
Me ha encantado la idea y cómo está relatada.Y por resaltar algo, la serenidad que trasmite sobre la idea de la muerte. Saludos
Quise representar la muerte sin la idea de tragedia que siempre parece acecharla.
Un saludo.
Una buena forma de morir, a una edad muy avanzada, deseándolo conscientemente, de forma dulce y rodeado de toda la familia. Hermoso y plácido. Un abrazo.
Ya que hay que morir (es lo único seguro en esta vida) por lo menos que sea de la mejor manera.
Un abrazo, Ana.
Me parece que la muerte se produjo por los 90 y tantos tirones de oreja,…Héctor-suerte Sara
Jaja. Sï, hay un poco de ironía en eso. Y también con lo de las velas ¡te imaginas soplar 95! Eso sí que deja sin aliento…
Un saludo.
Sara, placida forma, y bine narada, de dejar a los tuyos y a la vida. Suerte y saludos. Calamanda
Elegir la muerte… rodeado de tus seres queridos, sin sufrir, soplando tus 95 velas, qué buen deseo. Me lo pido. Además de haberlos vivido y disfrutado.
Me gusta tu propuesta, Sara. La muerte como meta natural.
Un beso grande.. .
Qué bonita forma de morir, rodeado de quienes te quieren.
Precioso relato muy bien narrado.
Un saludo.
Me ha encantado. Suerte
A mí también me ha gustado. Pero no sé si será una bonita manera de morir. Primero, que lo desee tiene que ser triste, uno no debería tener deseos de morir. Otra es que les ha hecho una escena de narices a los familiares. Con esto no intento quitarle méritos al relato, solo presento mi manera distinta de verlo a como lo ven los demás. Quizás el título enseñe demasiado antes de tiempo.
En fin, que el micro está chulo. Muchas suerte.
Saludísimos.
Hermoso mensaje al entrar al sueño eterno. Excelente Sara.
Un abrazo y mucha suerte.
Morirse el día de su cumpleaños es un circulo perfecto de la existencia. Me ha gustado, suerte.
Saludos.
Bueno, una cita con festejo incluído, no está tan mal…Suerte y un beso, Sara
Me gusta mucho la figura que has creado con el soplido de cumpleaños
Ese último soplido de velas que arrasa con una vida agotada y concede el deseo que pide.
Me ha gustado.
Suerte.
Un beso.
Bonita historia en la que la muerte no se nos aparece con esa fatalidad que se siempre la acompaña; me gusta tu anciana con su secreto deseo y cómo has utilizado esa figura clásica que identifica apagar una vela con morir.
Saludos y suerte.
Es verdad tu historia, a veces la muerte nos busca y alguna vez la buscamos. Llegados a cierta edad, unos se aferran y otros quieren volar.
Me ha gustado mucho, es una escena sencilla pero muy expresiva.
Un abrazo,
Buen texto, cuando la muerte es ya deseada y viene dulce rodeado de los tuyos, hay ternura en este micro,enhorabuena.
Si la muerte es así de dulce, no debe importar morirnos.
Eso sí: a edades longevas y en perfectas condiciones físicas y mentales. Por pedir… Ya vendrá después el tío Paco con las rebajas.
Un beso, Sara.
Sara, muy bueno me ha encantado la escena costumbrista rota por un arte casi de espiritismo levitando ante los asistentes y sobre la tardta, he visto su alma sobre la mesa.
Muy bueno, aunque el del mes pasado tu «LA COCINERA» fue realmente para mi gusto increíblemente bueno.
Suerte y abrazos.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
No se me ocurre mejor manera de despedirse de la vida y de los familiares, Sara, pidiendo un deseo frente a la tarta. Se me ocurre también, en plan mala, que igual le pusieron los herederos 95 velitas para que se asfixiara al soplar. No, mejor no me hagas caso.
Un abrazo.