54. Tú. El Moli (Fuera de concurso)
No olvido tu mirada, tampoco supe que decirte, fueron años donde aprendí a conocerte y amarte, él nunca te quiso, el maltrato era constante y nada podías hacer, mi abrazo te consolaba.
Fueron tiempos difíciles en la propiedad, cada quién se ocupaba solo de su vida, fuimos compañeros de vida y momentos que me parecieron mágicos, sé que no lo podías entender pero lo sentías. Él siempre quiso deshacerse de ti, pero pude retenerte a un alto costo y muchas discusiones.
Hoy preguntó por ti al notar tu ausencia, trató de indagar donde estabas, su hijo quería conocerte, los niños no saben discriminar aun sabiendo que tu salud flaqueaba. Tuve que decirle que habías partido, que su abandono y desidia minaron tu deseo de vivir, hoy ya eras una estrella que titilaba en ese cielo que solíamos contemplar cuando quedábamos solos en la fábrica.
Su hijo le reprochó con la mirada que no lo hayas traído antes cuando te lo pidió porque él quería conocer ese perro del que siempre hablabas. Al niño le conté que estabas en una de esas estrellitas que titilaban, me lo agradeció luego de secarle dos lágrimas que deslizaban furtivas por el rostro…
Que el perro es el mejor amigo del hombre no es solo una frase hecha; son fieles, saben responder al cariño y sienten. Como decía mi padre, hasta para ser perro o gato hay que tener suerte. El de tu relato tuvo la mala fortuna de dar con alguien que no le quería, aunque se compensaba con la comprensión de otro personaje. Niños y perros suelen llevarse bien, es lógico porque ambos son auténticos, sinceros, sencillos y nobles. El padre de ese muchacho, a través de la devoción de su hijo hacia un animal al que no llega a conocer, acabará dándose cuenta del error de haberlo maltratado, aunque ya será tarde.
Un relato diferente, si lo he interpretado bien, dedicado a una mascota, que lejos de ser un personaje secundario acapara el protagonismo de la historia pese a formar parte ya de las estrellas, y lo hace desde el mismo título, breve, claro y contundente.
Un abrazo, Moli.
Muchas gracias Ángel, a veces cuando tengo algunos minutos escribo algo, no siempre puede ser muy ilustrativo. Un gran abrazo.
Pues sinceramente yo me pierdo o estoy espeso gracias a Ángel he visto algo más pero me cuesta , lo siento.Suerte
No te preocupes, quizás no me exprese como debía dado que no me tomo el tiempo de corrregir el texto antes de publicarlo. Te dejo un abrazo y muchas gracias por leerlo.
Bello homenaje a ese perro que ha tenido la mala suerte de tener como dueño a un maltratador y lástima que el niño no lo haya podido conocer antes de su muerte. Hubiera compensado de sobra esos malos tratos con toda la ternura del mundo que lleva en su alma. Un abrazo, Moli.
Muchas gracias Gloria, los animales son seres únicos y muchos no entienden sus sentimientos. Te dejo un abrazo
Precioso, aunque doloroso, homenaje a ese perrito. No tuvo suerte el animalico al caer en manos de un ser bruto e insensible y sufrió malos tratos. Nos consuela saber que, sin embargo, sí tuvo a su lado alguien que lo quiso y defendió como merecía y así nos lo cuenta él mismo. El niño que expresa su decepción y tristeza al no haber llegado a tiempo de conocer al animal, es hijo del maltratador. Ojalá esas lágrimas hagan al menos recapacitar al padre sobre su forma de ser. Pero, como decimos aquí, tal vez sea pedir peras al olmo. Un abrazo, Luis Alberto.