15. Alicia
Y de esta manera, observando y tratando de imitar los juegos del conejo blanco, caí por el agujero. Descubrí un mundo nuevo atiborrado de color, ruido y afeites, en el que me ofrecieron botellas y pasteles para espantar el miedo. Mi cuerpo crecía y menguaba a gusto del consumidor. La reina de corazones amenazaba mi cabeza cada vez que intentaba dejarlo.
Y entonces yo comía otra vez. Y crecía.
Me exprimían y torturaban. Y menguaba.
Creé un mar de lágrimas para escapar nadando. Me empapé y di vueltas en círculo para secarme. Una y otra vez; y otra; y otra más ante la atenta mirada del gato.
No sé muy bien cómo conseguí trepar por el agujero de la madriguera en un tortuoso viaje de vuelta. ¡Qué infierno de ascensión oscura! Arrastrándome, despellejándome manos y rodillas, aullando, sola…
Y volví al punto de partida, a la casilla de salida.
En su merienda de locos los ancianos de la plaza murmuraban a mi paso: esa es Alicia, la niña más bonita del pueblo.
Pero yo ya no creo en golosinas ni en reinas.
Ya no confío en los naipes.
Fue un espantoso viaje.
Fue un camino de mierda.
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Una versión de Alicia sobrecogedora. La tuya no ha ido al país de las maravillas, sino que ha descendido a los infiernos, a un mundo sórdido, en apariencia atractivo, en el que impera, en teoría, el placer de los sentidos, donde hacer puede valer y vivir de su belleza natural, pero también humillante si no es el camino realmente elegido, si ha caído allí poco menos que por accidente, un lugar donde se ejerce la profesión más antigua del mundo, con la reina de corazones como la madama, con el gato como proxeneta. Tu protagonista parece haber tenido experiencias que en realidad no deseaba, personas que le han explotado, metida en un círculo del que no podía salir, hasta que finalmente escapó, pero a costa de perder toda su inocencia.
Una vuelta de tuerca al cuento clásico rompedora y diferente.
Un abrazo y suerte, Susana
Susana, vaya país metafórico el de tu Alicia. Pobrecita cuando crecía y qué tortura cuando menguaba. Estaba Alicia en su país de mierda; lo peor es que cómo éste existen muchos países nada maravillosos llenos de niños y niñas. Buen relato.
Nos leemos
Potentes imágenes Susana, y desde luego un mal viaje, un viaje psicodélico, que paree que ha tomado más de la cuenta de algunas botellas que le deban y que a saber qué contenían, Te ha quedado acosador, agobiante y desalentador, que mueve la fibra. Menudo mal viaje, un saludo y suerte
Parece ser que Alicia no viajó al país de las maravillas precisamente . Pero, aunque el camino ha sido tortuoso, lo importante es que ha vuelto y nos lo ha contado. Muy buen relato, Susana 👌. Besos y mucha suerte. 🤗