Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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43. El penitente (Aurora Rapún Mombiela)

Al fin los dioses habían enviado, directo desde el cielo, un chiringuito a su playa. Alabados fueran por escuchar sus plegarias. No se arrepentirían, haría lo que estuviera en su mano por complacerles. Ya por la mañana realizó su primera buena acción y se acercó a por un helado para los niños; envió un beso al cielo cuando fue, más tarde, a por una limonada para la suegra; besó la cruz que colgaba de su cadena al dirigirse a por unas patatas fritas para sus cuñados; se santiguó al pedir una cervecita 00 para su suegro. 

A pesar de lo tortuoso del camino y de las dificultades que le fueron impuestas, él las aceptó sumiso. Las deidades le complicaban el camino cada vez más, pero él entendía que eran pruebas de fe y se enfrentaba a ellas trastabillando a través de un laberinto de toallas, incluso tuvo que cubrir algún paso a gatas. Y a pesar de la mala cara de su mujer y de esos brazos cruzados que indicaban que algo no iba bien, él estaba convencido de que al fin, las vacaciones de verano habían cobrado sentido.

6 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    No importa los obstáculos que se pongan por delante, ni lo complicado que resulta encontrar un camino entre un marasmo de toallas, sombrillas, vendedores varios y gente jugando con palas, un chiringuito es un oasis, el reposo sel guerrero, un lugar casi sagrado al que acudir, un fin en sí mismo, más que un paréntesis. No hay playa que se tercie que no lo tenga. Eso lo sabemos y sentimos la mayoría, pero en tu protagonista se multiplica, su mujer acabará entendiéndolo.
    Un relato que muestra la importancia de los pequeños placeres.
    Un abrazo y suerte, Aurora

    1. Aurora Rapún

      Muchas gracias por tu comentario, Ángel. Si se busca el cielo sea donde sea, hay que ganárselo. Y si para ello, hay que superar duras pruebas, se superan. Un abrazo fuerte.

  2. Enrique Mochón Romera

    Este devoto ha obtenido al fin un templo en el que practicar su religión, y no parece que nada le pueda impedir que acuda. Una excelente narración, rebosante de humor, de la primera a la última palabra. Mucha suerte con él, Aurora. Un abrazo.

    1. Aurora Rapún

      Muchas gracias, Enrique. Las penitencias son duras, pero hay que cumplirlas si el fin es tan elevado. Un abrazo fuerte.

  3. Paloma Hidalgo Díez

    Qué divertido, he pasado un rato estupendo imaginando a los personajes tu relato, ese penitente que, con tal de llegar a si cielo, o si chiringuito, es capaz de todo, incluso de aquello que no le gusta nada a su parienta.
    Mucha suerte, Aurora.
    Saludos.

    1. Aurora Rapún

      Me alegra haberte hecho pasar un rato divertido. A veces conseguir el cielo se va complicando conforme se van superando pruebas… Los dioses son caprichosos. Un abrazo fuerte, Paloma.

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