12. JOVEN
Mi familia me ha regalado un reloj, no uno nuevo sino el que siempre usé hasta que ya no me hizo falta y lo abandoné en un cajón. Lo han reparado y creo que se han gastado un dineral para darme esta sorpresa, a mi edad. También han preparado una tarta enorme, por fin de queso. Uno es joven mientras sigue sorprendiéndose. El tiempo, querida familia —pienso para mí—, es una magnitud lenta e inexorable, y nadie como un centenario sabe que fluye hacia delante y sin freno, pero si me concedieran, ahora que es mi cumpleaños, el deseo de retroceder en mi pasado, querría recuperar el buen humor de los noventa, la serenidad de los ochenta, la lozanía de los setenta, el vigor de los sesenta, la estabilidad de los cincuenta, la madurez de los cuarenta y la memoria para recordar qué pasó antes en esos años tan difusos que, por suerte, no echo de menos, salvo por el fuelle de aquellos pulmones que habrían apagado estas dichosas velas de un soplido.
Precioso, como siempre. La vuelta a las manualidades ha sido a lo grande. 😀 😀 ¡Abrazote!
Gracias, amiga. Espero que la inspiración acompañe a la movilidad.
Un saludo
JM
«Uno es joven mientras siga sorprendiéndose». Para eso nunca es tarde. La mirada retrospectiva y presente de este anciano centenario es muy lúcida, ilusionada aún, sin falsas expectativas, un ejemplo de vida. Él sabe que nunca tendrá fuerza para apagar esas velas, que en cualquier momento todo puede terminar, pero también que mientras le quieran, como le han demostrado, merecerá la pena cada segundo en este mundo.
Un relato que demuestra que si el cuerpo lo permite, la eterna juventud, aunque sea con matices, es posible.
Un abrazo grande, JM. Suerte
Gracias por leer y comentar. Ya estoy de nuevo activo tras una convalecencia tediosa.
Un saludo
JM
.A medida que nos alejamos de la infancia y la juventud, los recuerdos se nos haces más vagos. Y adquirimos la conciencia de que el tiempo se nos va en un suspiro.
Este hombre desde su atalaya de centenario es capaz, ¡milagro!, de poder pensar en su vida y reconocer y sentirse arropado por la familia.
Con esa edad está situado en otra dimensión.
Te hace pensar. Un saludo y bienvenido al blog.
Gracias por comentar con tanto acierto.
Un saludo
JM
Me ha encantado la frase: «Uno es joven mientras sigue sorprendiéndose», porque eso significa que soy casi una adolescente. Aunque me diferencio de tu protagonista en que yo sí que echo de menos la lozanía y la despreocupación de los treinta y de los veinte.
Un abrazo y suerte.
Un centenario tiene una relación con el tiempo que abarca mucho. Y tal vez lo mezcle todo.
Gracias por leer.
Un saludo
JM
Juan Manuel, me alegro mucho que ya te encuentres de nuevo en forma.
Has escrito la historia entrañable de un centenario que, afortunadamente, se siente querido y acompañado por su familia, que ha intentado hacerle feliz, aunque sea incapaz de soplar esas velas.
Es normal que añore viejos tiempos en los que la vida le ofrecía otras posibilidades que se van perdiendo con el paso de los años.
Y sobre todo muchas gracias por hacer posible que pueda cumplir mi sueño. Un abrazo inmenso. Gloria
Muchas gracias a ti por tantos relatos estupendos.
JuanManuel, me gustó tu relato y ese cierre final, la nostalgia dicen que no es buena pero cuando uno llega a ciertas edades, esas en las que se echan de menosl os pulmones es inevitable. Un abrazosy suerte «Joven»
Maestro Montesinos, qué placer leerte y que me leas. A ver cuándo cae una caña.
Un saludo
JM