15. Pelillos a la mar
De muy pequeña me di cuenta (¡gracias, abuela!) de que se puede asentar toda una filosofía de vida sobre un solo dicho. Es la mar de cómodo, poco arriesgado, y a veces hasta divertido, reconocer a tiempo muy pasado una culpa. «Mamá, fui yo quien rompí aquel jarrón, no fue la asistenta a la que despedisteis por ello»; «Lucía, fui yo quien dije a Marta que la encontrabas muy pija». Y cuando sueltas tu bomba de sinceridad con cara compungida, las demás (caras) son todo un espectáculo al que solo le faltan luces, porque sonido sí que tiene. «Pero, ¡qué… ¡, ¿cómo puedes ser tan…?, ¿te das cuenta de que por tu…?». Y tú, manteniendo la postura de contrición acorde con el momento, esperas el instante exacto en el que la cosa podría desmadrarse para musitar: «no podía callar por más tiempo, me sentía muy mal, perdón». Y cuela, sí, sí, cuela.
Lo que no sabía es que mi marido había asentado su filosofía de vida sobre el mismo dicho que el mío(¡puñeteras abuelas!), y tendré que perdonarle su «desliz», que así llama él a una mamada extramatrimonial de hace años.
La sinceridad es una gran virtud, aunque sea tardía, de hecho, cuanto más tiempo pasa, más trabajo cuesta ponerla en práctica y mayor mérito acumula. Aunque para mérito la de tu protagonista (y tragaderas), que se propuso ser coherente y lo cumple, incluso en un caso cercano y doloroso su talante le lleva a aplicar la filosofía del título.
Un relato original y bien contado, como no podría ser de otra forma.
Un abrazo y suerte, Dominique
Gracias, Ángel por tu lectura y comentario. Yo quise hablar del tiempo que hace que todo se relativice; no tuve valor de reconocer algo en su momento, pero 10 años más tarde y con un poco de sobreactuación y el cómodo «más vale tarde…» tal vez me perdonen.
De momento espero que me perdones que haya tardado tanto en contestarte… pero como «más vale tarde…» supongo que lo harás. 😉😄👋👋
Muy divertido este micro, Dominique. Y es que a veces la sinceridad pura y dura se convierte en peligrosa. E incluso, como en este caso puede volverse en su contra. Buen relato
Gracias, Gloria, el dicho «más vale tarde que nunca» suele jugar a favor del culpable (perdonémosle ya que reconoció su falta,aunque tarde)pero en este caso y como.bien dices le sale el tiro por la culata. Un abrazo grande.
Es cierto que pasado el tiemo algunas cosas duelen memos y que todo es compensar en esat vida, pero va con la persona, tu muejr com personaje ha decidido perdonar, volver, seguro que le compemnsa otra no hubiera perdonado nunca por mucho que pasara el tiempo. Ha tenido mucha suerte este tipo se lleva una mujer estupoenda y a saber cuántas mamadas que no se supieron. Suerte Domique