17 TÍTULO DEL LIBRO: ÉSA SOY YO
Desde que mamá ha empezado a relacionarse con ese señor alemán casi no se acuerda de nuestros nombres, oía decir a mis hijas en un contubernio secreto a pesar de mi presencia, yo sólo las miraba.
Cuando sonó la alarma del móvil seguía perdida en un sueño extraño, con una sensación de angustia terrible ante la perspectiva de que algunos sueños pueden cumplirse.
Esa mañana tomé algunas decisiones, empecé a registrar en mi diario las sensaciones, las emociones, los olores…, ¡qué difícil describir a qué huele un beso o un abrazo!, y cogí una pañoleta, un top, una camiseta, todo guardado y etiquetado en una caja.
Recopilé todos mis escritos y los ordené; inspiración, fecha, comentarios. Hice lo mismo con las fotos, a cada una le coloqué su fecha y su historia. Detallé con escrupulosidad absoluta toda mi rutina y finalmente grabé varios videos siendo yo, con mis miedos, mis deseos, mi forma de ser en toda su amplitud.
Será la oportunidad de aferrarme un poco más a mí misma si dejo de reconocerme y de paso vivir en todos tal cual soy ahora con la mirada brillante, no ausente.
Portada: mi sonrisa
Contraportada: las sonrisas de mi recuerdo.
Hace bien tu protagonista en inventariar objetos personales y sensaciones, no sea que un día se olvide de sí misma. Digamos que se cura en salud por lo que pudiera suceder, por si su memoria falla, para no olvidar del todo.
Un relato sobre la memoria y la identidad.
Un abrazo y suerte, Ana
Si en algún momento cualquiera de esos estímulos despierta una sonrisa en el ser errante de mirada perdida en el que algunos llegaremos a convertirnos merece la pena curarse en salud con un poquito de esfuerzo.
Gracias, un abrazo.
Querida Ana, sí es esa una manera de intentar retrasar la llegada de ese horrible alemán, de intentar atesorar lo que un día fuímos y nuestro mejores recuerdos, aunque no sepamos ponerles palabras. Quizás una cara, un objeto, una prenda, un olor familiar pueda traernos un recuerdo de lo vivido, aunque lo tengamos escondido en lo más profundo de nuestra memoria.Un abrazo enorme
Gracias por detenerte a leer, a veces en una sonrisa van tantas cosas..Si alguna vez ves sonreír a una persona de mirada perdida seguramente en ese momento algo bonito hizo flash en su mente, y eso siempre merece la pena.
Un beso 😘
Pensando que pueda ser herditario y eterno e inortal ese alemán en la famiia, no está de más hacer ciertos ejercicios. Suerte Ana
Gracias por tu comentario, ninguno estamos libres de esa enfermedad y por si acaso se puede intentar prolongar un estado de felicidad lo más posible.
Un abrazo
Ana, entiendo que ese señor alemán es un tal Alz Heimer, ¿no?
A veces hago esa broma, cuando algo se me olvida digo que el alemán está de visita. Aunque no es cosa de broma, no.
Debe ser desesperante ver como los recuerdos se volatilizan.
Un abrazo y suerte.
Por lo que dices no supone tanto esfuerzo intentar atesorar recuerdos por si acaso nos pilla y que podamos retrasar un poco la ausencia que supone esa situación.
Un abrazo