54. FINAL INESPERADO (A. BARCELÓ)
En mi dilatada carrera de médico he escuchado muchos símiles para describir síntomas: una especie de corriente eléctrica que agarrota todos los músculos del cuerpo; las arterias arden, como si en lugar de sangre fluyese por ellas lava incandescente; las venas parecen estar llenas de pequeñísimos cristales y es como si por los capilares circulasen alfileres; la cabeza a punto de explotar como una olla que ya no resiste la presión que tiene acumulada dentro. No entiendo nada y estoy muy asustado, pues soy yo mismo quien manifiesta todas estas señales de alarma al mismo tiempo y temo un trágico desenlace.
Siempre especulé acerca de lo que podía haber al cruzar la línea que separa la vida de la muerte, pero nunca imaginé que pudiera pasar algo así. Mi mente racional y científica me dice que no es posible: que el tipo que entró hace unos minutos en mi consulta no me mordió, que no era ningún jodido zombi y que yo no me estoy convirtiendo también en uno de esos. ¡Grrrrrrrrrr!…
Jajaja, realmente inesperado el final. Al leer todos los síntomas del primer párrafo, e incluso al comenzar el segundo, uno evoca a un médico hipocondríaco o repasa las enfermedades más extrañas, pero un ataque zombi resulta tan sorprendente como divertido.
¡Mucha suerte!
Hola, Ana María.
Muchas gracias por tu comentario.
Me gusta buscar ese punto de sorpresa final, ese giro inesperado, a veces lo consigo y otras no tanto. Me alegra comprobar que esta vez ha sido posible.
Un cálido saludo.
La ciencia trata de explicarlo todo, pero algunas cosas se le escapan. Parece que cada vez es más corriente, por desgracia, que haya pacientes que agreden a sus doctores, un mordisco no es algo tan raro, sí lo es que a partir de ahí esa raya entre la vida y la muerte deje de ser especulación, para convertirse en experimento. Seguro que le gustaría estudiarlo de forma objetiva y exponer sus conclusiones en una revista científica, pero la onomatopeya del final indica que ha dejado de estar capacitado para ello.
Un relato con final realmente inesperado, tan salvaje y tenebroso como divertido, digno de Halloween.
Un abrazo grande, tocayo. Suerte
Hola, Ángel.
Como no puede ser de otra forma, analizas diferentes cuestiones con gran acierto. Tenía el relato escrito hace ya algún tiempo y te cuento que salió así, no busqué la temática intencionadamente, pero cuando me di cuenta de lo que trataba y de lo cerca que estaba el 1 de noviembre, me dije a mi mismo: ¿por qué no publicarlo haciéndolo coindir?, al fin y al cabo, resulta de lo más apropiado. Por otro lado, dudé si introducir esa onomatopeya o dejar un final más abierto, pues poniéndola el resultado es claro y el relato ha adquirido un tinte algo más cómico que siniestro. Bueno, pues decidí hacerlo. Espero haber acertado, aunque seguramente habrá opiniones.
Otro abrazo para ti, mi estimado tocayo.
Final inesperado, a estas alturas, es poco decir, querido Barceló. Pobre doctor… Menuda forma de saber qué había a otro lado de la muerte… ¡Terminó sabiéndolo en carne propia, y de qué manera!
Muy divertido y más que apropiado para hoy este micro «halloweenesco», jaja, me re-gustó…
Cariños,
Mariángeles😇😇
Hola, Mariángeles.
Me encanta recibir tus comentarios, siempre tan amables. La verdad el que el tema de la comedia me gusta mucho y tiendo con bastante frecuencia a buscar el efecto sonrisa en el lector. Imaginar que consigues hacer reír o sonreír ya es un aliciente, pero cuando te confirman que lo has conseguido es todo un premio. Muchas gracias.
Un cariñoso y cálido saludo.
Me encantan estas historias cotidianas, en las que a simple vista no ocurre nada, que acaban dando un macabro giro final, dotando de sentido a todo el relato. Además, bien escrito y divertido.
Un abrazo y suerte.
Hola, Rosalía.
Muy agradecido por tu comentario, tan favorable. Me llena mucho que me digas que te ha gustado.
Un cálido saludo y mucha suerte para ti también.
Barceló ahí tenemos al espectro, medio muerto , medio vivoque ha entrado a por su ración de comida y de paso a ver si le hacían una revisión, aunque parece que no se quejaba de nada y se ha lanzado a por su víctima. Debió no dejarlo entrar el doctor, pero, el oficio es el oficio. Buenas descripciones de algunos dolores. Suerte,
Hola, Montesinos.
Una vez más, muchas gracias por acercarte a comentar mi relato. Cuando vi el tema de la convocatoria, pensé que ese «No moriré del todo» casaba mucho con el tema de los muertos vivientes, fantasmas, espíritus y todo esto y también con el encuentro casual de la racionalidad con el misterio y salió este relato en el que el protagonista es un doctor, que no deja de ser un hombre de ciencia que vive siempre muy próximo a la frontera de los dos mundos.
Un cálido saludo.
Un relato divertido que pone sobre la mesa el tema del más allá y de esos seres que se niegan a marcharse de todo y luchan por quedarse en el mundo de los vivos. Buen giro final. Saludos!
Hola, Paz.
Gracias por comentar. Me alegro mucho de que te haya gustado.
En este caso la historia tiene tintes de ficción alimentados, en gran medida, por el cine de terror, pero creo que, en otros casos y en más ocasiones de las que nos pensamos, el «más allá» está intimamente relacionado con el «más acá», quizá es que se encuetran más ligados de lo que imaginamos.
Un cálido saludo.
Hola, Ángel. En tu relato nos entretienes con el repaso que tu médico hace de una serie de síntomas que conoce, y luego vemos que todo ellos los está sintiendo él, lo que nos hace esperar un final trágico pero ni siquiera el título nos puede dar una idea de lo que nos tienes reservado.. Es un final trágico, sin dudas, pero no es nada de lo que podríamos esperar y yo creo que es ese “Grrrrrrrrr“ final el que le da su carácter al cuento y el que nos arranca una franca sonrisa.
Me apetece ser redundante para decir que el tuyo es un fantástico relato fantástico. Enhorabuena
Un cálido saludo.
Hola, Jorge.
Muchas gracias por tu fantástica valoración. Acerca de esa onomatopeya final, te diré que hay quien me ha comentado que preferiría que no estuviera, pues le parecía innecesaria. Personalmente creo que la disparidad de opiniones es buena, porque significa que hay direntes lecturas de tu relato y esas lecturas son, además, de calidad, pues tienen un carácter crítico. Celebro enormemente que a ti te haya gustado, igual que celebro que este lector que te cuento me haya dado su opinión, ambas me complacen.
Un cálido y agradecido saludo.