91. Tenía razón.
“Si lo conoceré yo…estoy seguro de que ha ido por aquí.”
La ventisca de la noche anterior había borrado cualquier huella, pero todos coincidían en que habría tomado el camino de regreso al refugio. Todos menos él.
“Claro que es arriesgado, claro que la nieve tapa las grietas del glaciar, pero él conoce la montaña, como yo. Seguro que ha seguido adelante. Las grietas se perciben, es cuestión de estar atento. Hay que saber dónde y como …”
Diez metros más abajo, entre un revoltijo de nieve, hielo arrancado en la caída y sangre que goteaba de su cuerpo magullado, su linterna frontal iluminó un rostro congelado asomando de un anorak.
“Lo veis, ya sabía yo que había venido por aquí”, pensó mientras iba perdiendo la consciencia.
Buen relato Pedro. Está claro que conocía a su amigo mejor de lo que ambos conocían la montaña.
Suerte.
Completamente de acuerdo.
Gracias y saludos.
Creo que es una demostración de fidelidad al amigo. Mientras todos se escaquean diciendo que lo más lógico es que haya regresado. El amigo, se arriesga a buscarlo hasta las últimas consecuencias. Me gusta como vas incluyendo los pensamientos del amigo, le da realismo. Buen trabajo.
Suerte y Saludos
Gracias, Ana. Me alegro de que te hiciera sonreír, era el objetivo.
Un saludo.
Gracias por tu comentario, Anna.
Un saludo
Simpático (a pesar de la tragedia) y teñido de ironía tu relato, Pedro. Está bien narrado ese empecinamiento o cabezonería, caiga quien caiga.
Suerte y saludos.
Pedro, ja, ja. ¡Por listillo! Muy divertido. Abrazos.
Es un texto que me llama mucho la atención. Me gusta la idea de seguir el rastro por puro pálpito y cabezonería, los pensamientos engarzados y el final, pase lo que pase «tenía razón». Magnífico título y muy buena historia, de esas cosas sencillas tan bien narradas y transmitidas. Solo te pongo una pega, si se perdió la noche anterior con ventisca, la sangre ya no estaría goteando no¿?, si no fuese por este detallito, sería perfecto!!
Hola Mel, repasando comentarios anteriores, se me había pasado el tuyo, lo siento. Sólo comentarte que la sangre que gotea es la suya propia…
Un abrazo y gracias por comentar.