06. Qué es la belleza
Abel tenía una enfermedad de nombre jeroglífico. Todo había empezado en su niñez, cuando unas desagradables escamas verdes se instalaron en su inocente carita. Más tarde, ya en la adolescencia, de su coronilla surgieron unas extravagantes plumas y de sus orejas, un par de antenas. Y hacía unos meses, al cumplir los dieciocho, un bulto al final de su columna le anunció la llegada de un inevitable rabo.
Cada nueva rareza sumaba un apellido impronunciable a su dolencia, a la vez que multiplicaba por mil el rechazo ajeno. Cansado de tanta desaprobación, decidió quitarse la vida. Cuando la Muerte, obediente, acudió a su llamada, ocurrió lo imposible.
A Ella le pareció el ser más hermoso del planeta.
Él se sintió deseado y comprendido primera vez.
A su mágico enlace invitaron solo a las criaturas que reconocían la belleza en ambos. Un sinfín de animales y plantas actuaron como testigos de la sin par ceremonia. El Viento, el Agua y el Fuego tocaron una alegre melodía mientras las Estrellas iluminaban el bosque. Como regalo de bodas, el Sol y la Luna les deleitaron con un inesperado eclipse.
Ningún ser humano fue convocado. Y nadie les echó de menos.
Qué bonito, Sara, ese ser tan desdichado que encuentra al fin su media naranja donde menos se podía sospechar, y ese otro ser al que todos tememos que encuentra el amor. Un relato impensable, imposible y muy muy imaginativo, con ese último párrafo tan poético y esa frase final que le da un cierre tan rotundo.
Me ha encantado. Besazo y suerte.
Querida Ana María, muchísimas gracias por tu generoso comentario. Dudé mucho sobre si incluir o no la frase final, es verdad que es muy rotunda pero también rompe un poco con el párrafo anterior, que es más evocador. Como verás, sigo dudando, jaja. ¡Un abrazo y de verdad mil gracias!
Estamos demasiado condicionados por la apariencia externa, está claro. Resulta fácil decir eso de que la verdadera belleza está en el interior, ser coherente con ello ya es otra cosa.
Tu protagonista sufrió lo indecible a causa de su aspecto, pero también logro la conexión más auténtica que nadie podía concebir, salvo tú, en este imaginativo relato.
Un abrazo y suerte, Sara
Muchísimas gracias Ángel, me daba tanta pena el pobre Abel que le emparejé con otra criatura condenada también al rechazo. Ambos se encuentran bellos el uno al otro, y lo cierto es que lo son. ¿Quién decide lo que es bello? Daría para muchas líneas…
Un abrazo y gracias de nuevo!!
Una fantasía de relato, me ha enganchado desde el principio ese niño y su extraña enfermedad.
Sin embargo, el tema de fondo no es baladí: cuánta gente sufre por su aspecto físico en una sociedad que valora la imagen por encima de todo.
Genial.
Un abrazo y suerte.
Querida Rosalía, mil gracias por tu alentador comentario. Sí, estamos demasiado obsesionados con la imagen, menos mal que quedan rincones como este donde podemos apreciar otro tipo de belleza mucho más importante, la del alma y la de la imaginación.
Un abrazo y mil gracias!
Hola Sara. Realmente es así: la belleza, en esencia, no coincide con los estereotipos humanos. Las emociones, los elementos y la naturaleza en general, sí.
Enhorabuena por tu relato.
Mucha suerte
Muchas gracias Alberto, así es… Cuantas más canas peino, más belleza me parece que hay en todo, incluso en esa criatura imposible a la que he llamado Abel, e incluso en la muerte. Debo estar enferma de Kalopsia aguda…
Un abrazo y gracias de nuevo!
Hola Sara,
un interesante mundo d monstruos donde no entramos los humanos, donde el amor impera, porque otros ven lo que los huanos no han visto y es que porbablemente coom el patito feo, pertenecía a otra raza , otros mundos.
Suerte, saludos
Muchas gracias Manuel, sí, un mundo donde todo es bello simplemente por existir. Ojalá hubiera hueco para el ser humano, pero me temo que no nos lo hemos ganado. Un abrazo y mil gracias!
Un relato lleno de poesía y sobre todo, muy original. A nadie se le hubiera ocurrido emparejar a la muerte, tan temida, con nadie. Enhorabuena por tu inspiración. Un fuerte abrazo. Gloria
Muchas gracias Gloria, no había visto tu comentario hasta ahora. Me alegra muchísimo que te haya gustado, un fuerte abrazo