18. EL ÚLTIMO MAMIHLAPINATAPAI (Jesús Alfonso Redondo Lavín)
Aquella última noche yo acariciaba con mi dedo pulgar tu nuca. Pretendía así aliviar los dolores de tu cuello. Solo por un instante se abrieron tus ojos y me miraste y yo te miré. El iris de tu ojo ciego también me observaba. Ya no tenías fuerzas para articular palabras, ni yo, con la esperanza perdida, ánimo para susurrar nada en tus oídos sordos, pero entendí que me decías: “adiós aita”. Luego la morfina en vía cerró a medias tus párpados.
Perdonad si he compartido con vosotros este momento amargo; alivia recordarla escribiendo.
La ciencia no ha llegado a tiempo para curar a mi hija, Yasone, de una enfermedad genética llamada Neurofibromatosis II. Una sordera súbita a los 20 años, cuando cursaba sus estudios de arquitectura en la universidad, fue la señal que nos alertó de esta enfermedad. A partir de ese momento se fueron acumulando, uno tras otro, síntomas degenerativos, a los que mi hija se adaptaba con valentía, sin perder la esperanza de que surgiera en algún momento un remedio a su mal.
Me has emocionado, Jesús. Y haces bien en escribir y compartir, la escritura es terapéutica. Ya sabes que ENTC es lo más parecido a una familia. No te quepa duda de que esa comunicación, si la sentiste, se produjo.
Un abrazo grande, Jesús.
Jesús, lo siento mucho. No te conozco pero te abrazo fuerte. Y si escribir y compartir tu dolor te alivia, no dudes que estaremos aquí, leyéndote.
Me parece frívolo valorar tu relato por su composición o su belleza, que la tiene.
Soy madre y no quiero imaginar lo que has vivido. Eres muy valiente contándolo de este modo.
Un abrazo.
En tus recuerdos y tus letras Yasone sigue contigo y con nosotros.
Un abrazo, Jesuún.
Hola Jesús, hola Mª Asun: qué más se puede decir, me has emocionado. Por tu escrito, por tu presentación, por esa historia tan próxima y por la valentía para enfrentarte a la realidad. Lo del escrito como competición es lo de menos, pero lo dices de una forma, con una sencillez, una plasticidad, que haces que suavemente me introduzca en vuestro pesar abrazándolo como mío. Gracias a ENTC formo ya parte de ese grupo sincero que estamos con vosotros acompañándoos.
Jesús, un escrito (y tu comentario) que nos llega al alma y emociona. Nada que perdonar. Si alivia tu dolor, escribe.
Ahora Yasone está también en nuestra memoria, y te acompañamos en este duelo que nunca deberían vivir unos padres.
Un fuerte abrazo,
Carme.
Gracias por el regalo, Jesús. Escribir empieza por la e, de Emoción, sin duda. Y tú lo has demostrado.
Mucho ánimo y un abrazo muy fuerte
Hola Jesús,
Has escrito, en solo cuatro renglones, una historia tan desgraciadamente llena de detalles y dolor, tan emotiva, triste y dura que ya no hay palabras que podamos decir para compartir contigo. Lo siento muchísimo y como te han dicho por aquí arriba, podemos contactar cuando quieras, en forma de micro o no. Un abrazo