26. YO TAMBIÉN
Cuando decidió tener pareja lo publicitó.
Acudieron a la llamada centenares de todo tipo y lugar. Mujeres, hombres, de diferentes razas y religiones, pobres, ricos, mayores, jóvenes…
Les dejó hablar.
* “Nik zu zoriontsu betirako egingo zaitut”
* “Potomy uto ecron ur caenaio teba cictmenblem”
* “Je t´aime, moi non plus”
* “Te haré feliz por siempre”
* “Ti amarè, arrivederci Roma”
* “Ich werde dich für immer glücklich machen”
* “Eu te amarei”
* “I will make you happy forever”
Y así en muchos idiomas más.
Nada le convencía.
Miró con curiosidad a la siguiente persona.
• … (silencio)
• ¿Cómo dices?
• … (silencio)
• … (silencio)
Le atrajo su mirada pícara. No lo dudó. Fue la elegida.
Así transcurrieron décadas de felicidad. No intercambiaron palabra alguna.
Hacia el ocaso de sus días creyó que había pronunciado algo.
Su rostro dibujó una interrogación.
• ¿¿¿???
• … (silencio)
• ¿?
• … (silencio)
En los más que nunca pícaros e inteligentes ojos de su igual percibió alegría, emoción, cariño, ternura, amor.
• … (silencio)
Sonriendo le dedicó sus primeras dos palabras.
Y últimas:
• “Yo también”
Hay palabras y expresiones que a fuerza de usarse pierden valor. «Te quiero» no se debería decir a la ligera, incluso, sería mejor no decirlo y demostrarlo. Esta pareja no ha perdido su tiempo con palabrería banal, se lo han dicho todo con la mirada y con los hechos. Las últimas dos palabras que cierran tu relato y también le dan título son el broche y el inicio de algo auténtico y envidiable.
Un abrazo y suerte, Pablo.
Un microrrelatista entiende de la importancia de las palabras, o de su autenticidad, jeje. Y, más aún, de la importancia de los silencios, tan difíciles de describir.
Un relato original, Pablo, enhorabuena
Hola, Pablo.
Después de dar un políglota repaso sobre una expresión de amor, te centras en un idioma no reconocido: el idioma de los silencios que, bien interpretados, expresan más que muchas palabras vanas.
Original y curioso. Suerte y cálidos saludos.