16. La nube escarlata
Abrió la puerta y me miró. “No voy a darte nada, pedazo de mugrienta”, dijo despectiva, cerrando bruscamente. Era la última casa del pueblo y en todas había recibido la misma respuesta. “De modo que no han cambiado”, pensé. Seguían siendo tan crueles como en mi infancia cuando, tras morir mis padres, me habían desterrado acusándome de brujería, dejándome completamente abandonada a mi suerte. Y aunque había pasado mucho tiempo, el necesario para que nadie me reconociera, no conseguía olvidarlo.
Una vez hube comprobado que ninguno merecía salvarse, me alejé y me quité el sucio disfraz de mendiga. Saqué la pócima del hatillo, la abrí con cuidado, eché la sangre aún caliente de una liebre recién sacrificada, y soplé. Una densa nube escarlata salió directa hacia el puñado de casas que, bajo su siniestro influjo, no tardó ni medio minuto en convertirse en cenizas.
Me invadió una enorme alegría, parecida a la que había sentido tras ganar el Nobel de Química con mi estudio sobre los beneficios de los gases comburentes, en el que por supuesto, oculté el peligro de añadir plasma de mamífero a la muestra.
Satisfecha, puse rumbo a casa, a lomos de mi flamante escoba.
Qué curioso, estoy leyendo micros de SCHADENFREUDE comprensible y humana, pero otros son malévolos, como el tuyo: una venganza «brujeril» con Nobel de química incluido. Me gusta esa mezcla. Y las historias de venganza también.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias Rosalía, por leer y comentar. No soy nada vengativa (al menos hasta ahora, que nunca se puede decir de este agua no beberé), así que me he resarcido con este micro…
Un abrazo y gracias de nuevo!
Parece que nos encontramos en lo más oscuro de la Edad Media, cuando, en realidad, se trata de la época contemporánea. No obstante, hay cosas que parece que nunca superamos, prejuicios que son difíciles de erradicar. La diferencia entre brujería y ciencia puede radicar en la forma en la que la química se aplica. A veces, la diferencia entre las dos caras de una moneda es muy tenue. En todo caso, para que no queden dudas sobre la verdadera naturaleza de tu protagonista, la última palabra lo deja claro.
Un abrazo y suerte, Sara
Gracias Ángel, siempre he pensado que la brujería en realidad es química disfrazada, o quizás sea al revés. En cualquier caso, muchas gracias por tu acertada lectura, como siempre. Un fuerte abrazo!
Ay los gases comburentes y la sangre de liebre que peligrosos son!
Divertido y ocurrente, con brujilla vengativa y todo.
Muchas gracias! Si he conseguido despertarte una sonrisilla, te aseguro que me doy por más que satisfecha Rosa. Un abrazo enorme
Muy bien transmitida la idea de que en los pueblos cada uno lleva pegado un letrero en la frente, y donde los vecinos no llegan a liberarse de sus prejuicios. Además, el toque de la brujita vengativa hace mucha gracia. Suerte Sara.
Muchas gracias Liliana, la brujita está tan contenta tras la venganza, feliz con sus pociones y su escoba. Un abrazo de vuelta!
¡Está genial, Sara!
Dando todo el rato bandazos: de presunta bruja a acusada injustamente, otra vez a bruja, y cuando ya piensa uno que se queda en científica, ese giro final con tan poquitas palabras.
Maravilloso. Un abrazo bien fuerte.
Muchisimas gracias Ana María! Pues es que siempre he pensado que una bruja es en realidad una gran química, supongo que de esa idea salió este relato. Un abrazo más fuerte aún de vuelta!!
Este personaje tan peculiar tiene un currículum académico envidiable y reconocido. Dispone de medios y, como además, es bruja no está dispuesta a perdonar ninguna afrenta y mucho menos a pasar por alto la perdurable indiferencia y crueldad de sus vecinos. Que se preparen ..
Muchas suerte, Sara con tu original propuesta. Un abrazo 🤗
Muchísimas gracias, Maria José!!! Desde luego la protagonista tiene una vida bastante intensa y peculiar, si… Un abrazo y gracias de nuevo por leer y comentar!