69. HASTA EL FINAL (Chema Fernández Amigo)
Ni un solo reconocimiento. Todo reproches y quejas. Así ha transcurrido nuestra relación durante todos estos años de cuidados unidireccionales. El día de mi primera comunión ella fue la protagonista. En mi boda vistió de blanco, y desde que me casé siempre ha hecho referencia a la buena suerte que he tenido. Cuando nacieron mis hijas, hablaba de lo guapas que eran y ahora, de mayores, de lo buenas estudiantes que son; la vida me lo daba todo resuelto, ningún mérito para mí. A pesar de ello, he ido todos los días al hospital durante su enfermedad, no sé por qué, simplemente lo he hecho con el mismo patrón que ha imperado desde años. Le he dado de comer, ayudado a vestir, lavado, duchado y cambiado el pañal en esa fase de la vida en que la dignidad de los mayores se ve muy debilitada. Ahora no siento pena, no hay dolor, no llegan lágrimas a mis ojos. La veo, rodeada de flores, a través del cristal de la fría sala en la que sus amigos recuerdan lo buena que era. Mañana, cuando todo esto pasé, me sentiré huérfana.
Es probable que esa madre no haya sido ni consciente del daño infligido a su hija a lo largo de la vida. Quiero pensar que algo bueno ha tenido que darle. Y también que tendemos a considerar que el daño que nos hace una persona es mayor que el beneficio. Me apena que esta relación haya sido tan destructiva. Pero está claro que los sentimientos de la hija no dejan lugar a dudas.
Triste, muy triste.
Muchas gracias por tu lectura, Rosa. Sí muy triste, pero alentador tu comentario sobre el beneficio.
La falta de lágrimas de una hija ante la muerte de una madre que nunca la quiso podría ser una alegría encubierta, pero también es comprensible que una vez se marche de su vida la eche de menos, porque siempre la tuvo presente. Aunque posiblemente, con el tiempo, sienta alivio.
Un relato lleno de sentimientos contradictorios, acorde con lo conplicados que somos.
Un saludo y suerte, Chema
Efectivamente, sentimientos contradictorios (hubiera sido un buen título). Muchas gracias, Ángel
Las relaciones familiares pueden ser muy complicadas y a veces, solo a veces, puedes eliminar y apartar a la persona que te daña de tu lado pero, si se trata de un padre es mucho más difícil y si se trata de una madre, supongo que se puede estar todo una vida dándole la oportunidad de que te quiera aunque sea solo un poquito.
Nos leemos
Claro que sí. Todas las oportunidades del mundo para una madre. Muchas gracias por tu lectura
Qué complejas son las relaciones humanas. Esa hija, que pensamos que va sentir, si no alegría, al menos alivio al morir la madre cruel que le ha tocado, nos sorprende al final sabiendo que se va a sentir huérfana. Y es que hay personas a las que estas condenado a querer, a pesar de todo.
Un abrazo y suerte.