15. YA LO DECÍA BILLY WILDER (Toribios)
Que “nada es perfecto” lo sé desde que vi a los diez años la película. Y lo vengo repitiendo desde entonces. Pero lo de esta mañana casi me hace dudar. Limpiaba yo un besugo cuando… Pero vayamos al principio.
A los veinte años me enamoré de Adelina. Fue en un semáforo, frente a una joyería. Eso marcó nuestra relación hasta el punto de que, desde ya, sentí la necesidad de cumplir con lo de “un diamante es para siempre”. Empecé a ahorrar a escondidas y, por fin, en nuestro décimo aniversario pude alcanzar mi sueño. Pero tuve la desdicha de abrir el estuche en plena calle, y el preciado bien cayó por una artera alcantarilla.
No le dije nada, claro. Y ahora, diez años después, esto. O sea, el diamante en la tripa del besugo. Con cara de ídem me quedé. Solo falta el “The end” y el beso, me dirán. Pues no, porque Adelina me dejó de aquella, por manirroto.
¿Y si la busco y se lo cuento?
No me creerá.
¿O sí…?
Las historias nunca son perfectas, siempre se tuercen por alguna circunstancia externa, o porque metemos la pata. Cuando creemos hacer lo posible para llevar a la plenitud es cuando, quizá, más lo estropeamos, como le ha pasado a tu protagonista. De todas formas, Adelina debería apreciar la buena intención de su compañero, aún por encima de la economía, asunto no menor sin duda, aunque puede que demasiado importante para ella. Es fácil que aparezcan nuevas candidatas merecedoras de esa joya.
Un relato muy divertido y cinematográfico, con un personaje perdedor y entrañable, que solo puede caer bien.
Un abrazo y suerte, Antonio
Muchas gracias, Ángel. Un abrazo.
Si lo abandonó por ese tropiezo, es que no merecía seguir con ella. Aún le queda el rescoldo de aquel amor, ¡pobre!, que se deje de cuentos y se de un homenaje con el diamante. Segundas parte nunca fueron iguales.
Chulo,
Gracias, Rosa. Una buena idea. Se lo diremos al amante atribulado. Saludos.
Me encanta como se cierra el círculo, una historia accidentada, con final feliz, y abierto.
Si lo dejó por manirroto, creo que ese diamante puede encontrar otra candidata que sepa apreciar el simbolismo de ese regalo «para siempre».
Un abrazo y suerte.
Gracias, Rosalía. Ahí dejamos al personaje con su duda. Un abrazo.
¡Wow, qué ritmo! Muy bueno, Antonio . Igual si se presenta «Con el besugo horneado, el diamante y a lo loco», si le cree…
¡Abrazo!
Gracias, Aurora. Es una idea. Se la haremos llegar a ese personaje sin nombre. Un abrazo.
Divertido, rápido y con final abierto. Me gustó la voz de tu personaje. Mucha suerte, Antonio