33. La bailarina. (Paloma Hidalgo)
Para Kamali, no había mejor escenario para bailar que la tierra de su aldea etíope, quebrada por la caricia del implacable sol. Su cuerpo pequeño, tullido y fibroso se fundía con el polvo, y juntos se agitaban al ritmo de la música ancestral que flotaba en su cabeza. Practicaba cada amanecer, antes de que el sueño abandonase a sus vecinos.
Para Zewerke, un desertor, que fusil al hombro huía del miedo a convertirse en asesino, el tiempo se detuvo al verla. Escondido en el campo de sorgo cercano, permaneció cautivo de sus movimientos hasta que ella le descubrió.
En silencio, los ojos de él escucharon lo que las cicatrices de Kamali contaban, y ella leyó en la piel polvorienta de Zewerke su diario. Ella colgó su alma en sus pupilas, y él la suya en su sonrisa rota.
El sol apenas despuntaba cuando el desertor reanudaba su carrera y la bailarina agitaba su única mano, al nuevo ritmo de sus latidos.
Un baile que se acerca a la perfección; sentimientos casi eternos, que se repiten generación tras generación entre algunas personas. Todo se vuelve incompleto ppr la sinrazón de la guerra. Él sigue con su huida, intuyéndose que nunca será lo que pudo haber sido.
Un relato de contrastes, realidades y frustraciones.
Un abrazo y suerte, Paloma
De lo que fue solo un instante y ya nunca más será, de lo que en sus imperfecciones albergaba la esencia de lo bello, de dos seres incompletos por el resto de sus vidas, una bailarina y un soldado y el continente africano como testigo. Eso es, Ángel, gracias por comentar, un abrazo.
Precioso relato.
Gracias por tus palabras, Raúl.
Paloma, es precioso. Esos dos seres humanos heridos que se encuentran y, por un instante, funden sus almas. Me ha encantado.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias Rosalía, encantada de que te haya encantado.
Un abrazo
La perfección suele ir ligada a lo efímero, por un segundo parece que se alinean los astros y todo es feliz y luminoso y bello, y al momento siguiente se evapora. Es lo que parece haberles pasado a tus protagonistas. Pero a veces un segundo te puede cambiar la vida. Un relato precioso, Paloma. Un abrazo.
Tienes toda la razón, Ana, esa conjunción astral que solo dura una segundo, puede cambiar la vida, estés donde estés, y tengas las cicatrices que tengas. Muchas gracias por leer y comentar. Un abrazo.
Has conseguido que veamos a esta mujer mutilada bailando al amanecer en un poblado africano. Y al pobre desertor escondido entre el sorgo. Una historia bella y delicada que acerca brevemente a dos personas sufrientes y que buscan el sentido de sus vidas.
Me alegro, Rosa, de que mis palabras te hayan permitido ver a los protagonistas, a sus circunstancias, y que hayas podido tejer con ellos si historia, muchas gracias por compartir conmigo tus impresiones.
Un saludo
¡Qué micro más bello y poético! Y aunque el trasfondo es triste, ese breve encuentro en el que ambos se reconocen en el otro, a mí me deja un buen sabor de boca. Muchas felicidades
Muchas gacias, Sara,por leer y comentar el micro. Te agradezco la amabilidad con que lo haces.
Paloma, una dura historia contada de una forma muy bella. Es triste, pero a la vez nos agrada por ese momento del encuentro.
Personajes «imperfectos» para una situación perfecta.
Encantada de leerte
Saludos
Gracias, Pilar. Me alegro de que haya gustado, y de que compartas conmigo esa sensación. Yo, encantada de agradecértelo.
Saludos
Y qué puedo decirte yo? Pues que tienes el don de transportar con la palabra, y de hacer sentir. Maravilloso, de principio a fin.
Hermanito, una alegría encontrarte por aquí, a ver si te animas!
Precioso, Paloma. La potencia de las imágenes, esa historia esbozada tan sólo a pinceladas, ese final agridulce. Chapeau!
Ah, y que sepas que lo he comprobado y, efectivamente, coincidimos en la Batalla de Cuentistas de 2019 😉
Un besazo y mucha suerte.
Ana,mil gracias por regalarme este comentario. Y sobre lo de habernos encontrado en la batalla, espero que en la siguiente, luchemos en el mismo bando 🙂
Besote.
Me flipa este relato tan dulce y entrañable. Solo podría quedar tan bien si lo escribía una pluma tan suave como la tuya, de esas que huelen a brisa marina y miel. Qué suerte ha tenido esta historia de ser creada por ti, Paloma, y nosotros por haberla disfrutado. Un relato redondo, de los que se te queda en el alma.
Besote.
Pablo, muchas gracias por compartir conmigo la bondad de tus palabras. Me alegro de que lo hayas disfrutado.
Un abrazo grandote
Relatazo con un cierre impactante.
Un abrazo y suerte, Paloma
Gracias, Yolanda, un lujo tu comentario.
Un abrazo
Tus protagonistas podrán ser imperfectos y estar incompletos de alguna manera, pero un instante hace que sean eternos, como tu relato, que se nos queda grabado. La belleza es lo que tiene.
Enhorabuena, y mucha suerte.
Con un comentario tan agradable y generoso, Rafa, lo menos que puedo hacer es agradecerte cada una de tus palabras. Y mucho.
Un abrazo
Qué bonita y tierna historia de amor, y qué dos personajes tan bien dibujados en tan pocas palabras. Suerte
Muchas gracias, Jesús, me agrada leer tu amable comentario, un abrazo